El P. Goyo Hidalgo, sacerdote de la parroquia Santa Rosa de Lima en Simi Valley, California, Estados Unidos, publicó algunos consejos para aquellos católicos que experimentan una culpa tan terrible que sienten que es necesario confesar el mismo pecado repetidamente.
Aquí está su post a continuación:
“‘Padre, después de confesión aun me siento mal, así que voy a confesarme de lo mismo hasta que me sienta mejor’.
A veces te sentirás increíble, algunas veces no y eso está bien. Los sentimientos no determinan si el perdón se dio o no. No dejes que tus sentimientos te hagan bullying”.
“Father, after confession I still felt bad so I am going to confess the same thing until I feel better.”
Sometimes you’ll feel amazing, sometimes you might not & that’s ok. Feelings don’t determine if forgiveness “took place” or not. Don’t let your feelings “bully” you.— Fr. Goyo (@FrGoyo) February 22, 2019
La mayoría de los seguidores del sacerdote estuvieron de acuerdo. Algunos incluso aportaron ideas para poder calmar la ansiedad que uno normalmente tiene frente a sus propios errores y pecados.
“Mi esposo me dice que no hay que ir a “pescar” los pecados que están en el fondo del océano más profundo. Eso podría ser una forma de soberbia – eso de que tu sabes mejor que Dios qué pecados valen la pena perdonar y cuáles no”.
My husband tells me not to 'go fishing' for the sins that are already at the bottom of the deepest ocean. It can be a form of pride – that you know better than God what's worthy of forgiveness and what isn't!
— Fiona Furman (@MrsFurmanator) February 22, 2019
“El demonio puede manipular tus sentimientos. Confía en el Señor y en su Iglesia. Él es la Verdad. Si Él te dice que te perdonó, créele”.
“Father, after confession I still felt bad so I am going to confess the same thing until I feel better.”
Sometimes you’ll feel amazing, sometimes you might not & that’s ok. Feelings don’t determine if forgiveness “took place” or not. Don’t let your feelings “bully” you.— Fr. Goyo (@FrGoyo) February 22, 2019
Así que, ¡no tengamos miedo de irnos a confesar!, y confiemos en el perdón de Dios que trasciende toda culpa y acusación del demonio ¡Vamos a confesarnos!