En una ocasión un hombre le preguntó sobre la devoción a San José al fundador del Opus Dei. Él comenzó su respuesta con unas fuertes aclaraciones: “San José, es la criatura más excelente, criatura humana, después de Santa María”.

El santo recomendó quererlo mucho, pues Dios lo había escogido desde la eternidad que fuese su padre adoptivo.

“Buscó un hombre joven, fuerte, bello en el alma y en el cuerpo”, lo describió.

San José Patriarca, según el fundador, sería un hombre con excelentes cualidades morales, trabajador, que, a pesar de pertenecer a una sangre real, se dedicaba a la carpintería.

Asimismo, él recordó que la Iglesia recomendaba leer ciertas oraciones a San José antes y después de Misa. En estas se mostraban los deseos tiernos de San José para con el niño.

Finalmente, San Josemaría preguntaba:

“¿Quién ha tratado más a Dios y a la madre de Dios que José, el Santo Patriarca? Ninguno”.

Es por esto que San José es un poderoso intercesor. El fundador del Opus Dei recomienda que recemos y tengamos una relación cercana con el padre adoptivo de Jesús.

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