Cada 17 de marzo se celebra a san Patricio, considerado patrono de Irlanda pues ahí fue donde más tiempo se dedicó a la evangelización.

Su vida fue un claro testimonio de las virtudes cristianas pero también una aventura al servicio de Dios.

Aquí develamos tres cosas asombrosas sobre san Patricio:

1. Esclavo de piratas

A los 16 años de edad, en 403 d.C., fue prisionero de piratas junto a otros jóvenes. Fue vendido a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho. Le sirvió como pastor de ovejas. Si bien intentó huir, siempre fallaba. En ese tiempo, Dios le enseñó a percibir de manera reconciliada su sufrimiento y trabajo.

Esta ocasión, en medio de la adversidad, le permitió prepararse providencialmente para aprender la lengua céltica. Además, como su amo era un sacerdote druida pagano, pudo conocer todos los aspectos de aquellas creencias de las que liberaría al pueblo irlandés.

Y  un día, después de 6 años, un ángel le ayudó a escaparse. Pero las semillas de Dios ya iban a tener sus frutos. Sería el futuro evangelizador de Irlanda.

2. Convirtió a toda la isla de Irlanda y combatió contra los hechiceros

Después de 30 años de apostolado, san Patricio logró convertir a toda Irlanda. Según sus propios escritos, el santo no se podía explicar cómo “multitudes”, “muchos de miles”, aceptaban la Palabra de Dios después de haber tenido un pasado pagano. Incluso los hijos de los reyes de la isla decidían convertirse en monjes.

Con su gran compañero, el joven Benigno, san Patricio tuvo que enfrentarse a hechiceros paganos irlandeses. En su camino de evangelización por la isla fue recibido hostilmente por druidas que hacían todo lo posible para ahogar la fe de los recién conversos.

Se cuenta que por poderes demoníacos, el Arqui-Druida Lochru, un hechicero supremo, se elevó por el aire para impresionar con su poder al pueblo y los caciques allí reunidos. Entonces, san Patricio se arrodilló mansamente en oración y el druida cayó de gran altura despedazándose sobre una roca. Esta fue la gran derrota para el paganismo.

Es célebre el relato que cuenta una visión que tuvo san Patricio junto a santa Brígida mientras oraban. Al parecer le fue mostrada Irlanda iluminada con la Divina Fe, una gracias que duraría por siglos. Pero luego nubarrones se congregaron alrededor de la isla y la gloria religiosa se disolvía, hasta que solo quedó luz en unos valles remotos.

Mientras oraba para que esa situación no se consumara un ángel le dijo: “No temas, tu apostolado jamás cesará”.

3. Era fácil de entender

Según los escritos de la época, era muy sencillo entender a san Patricio. Su lenguaje estaba constituido de palabras fáciles y cortas. Asimismo, usaba mucho la simbología para que los campesino pudiesen comprender su mensaje. Es por esto que uno de los símbolos del santo es un trébol, pues con este explicaba a la Santísima Trinidad, por ser una sola planta (Dios Uno) conformada por tres hojas (y Trino).

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