Matt Walsh, autor y columnista católico, así como conductor del podcast "Matt Walsh Show", planteó una pregunta fundamental en su última película “¿Qué es una mujer?”.

Aunque la respuesta podría parecer completamente obvia, ha generado mucha controversia y debate.

En los últimos dos años, muchas personas han usado las redes sociales para expresar su opinión sobre esta pregunta, siendo varios “cancelados” por mantener una perspectiva tradicional.

Sin embargo, la fundadora de EWTN, Madre María Angélica de la Anunciación, respondió a esta duda hace varios años:

“¿Qué es una mujer? Ella da vida, nueva vida, es como Jesús. Es intermediaria, es defensora, Jesús intercede por nosotros ante el Padre, ella es noble porque a veces carga con la culpa... Es amiga, es ese cálido amor que necesitas para crecer”.

“Ella es como el cemento entre todos los ladrillos que forman tu familia. Te hacen una casa, un hogar. Te salva de muchos problemas... es intercesora, se preocupa por ti, ora constantemente para que no te desvíes y pierdas tu alma”.

Madre Angélica no sólo describe lo que implica ser mujer, sino también ser madre:

“Intercesora, amiga…”

Solo se puede pensar en la Santísima Madre de Dios, la mujer y madre más perfecta que haya existido.

Los hombres pueden hacer muchas cosas, pero ser mujer no es una de ellas.

En el Génesis, la Biblia nos enseña este aspecto fundamental de nuestra creación. La Iglesia enfatiza esta diferencia en el Catecismo:

"El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en su ser respectivo de hombre y de mujer. ‘Ser hombre’, ‘ser mujer’ es una realidad buena y querida por Dios: el hombre y la mujer tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene inmediatamente de Dios su creador (cf. Gn 2,7.22). El hombre y la mujer son, con la misma dignidad, ‘imagen de Dios’. En su ‘ser-hombre’ y su ‘ser-mujer’ reflejan la sabiduría y la bondad del Creador." (CIC 369)

El texto continúa:

“El hombre y la mujer están hechos ‘el uno para el otro’: no que Dios los haya hecho ‘a medias’ e ‘incompletos’; los ha creado para una comunión de personas, en la que cada uno puede ser ‘ayuda’ para el otro porque son a la vez iguales en cuanto personas (‘hueso de mis huesos…’) y complementarios en cuanto masculino y femenino (cf. Mulieris dignitatem, 7). En el matrimonio, Dios los une de manera que, formando ‘una sola carne’ (Gn 2,24), puedan transmitir la vida humana: ‘Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra’ (Gn 1,28). Al trasmitir a sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer, como esposos y padres, cooperan de una manera única en la obra del Creador” (CIC 372)

Madre Angélica captura maravillosamente la naturaleza compleja de ser mujer y refuerza las enseñanzas de la Biblia y el Catecismo.

Una mujer, coautora de la vida, compañera, intercesora, amiga, amante y madre, es creada con intención y propósito. El Señor es claro en la forma en que nos hizo, a su imagen. Aunque estamos llamados a ser compasivos, también estamos llamados a ser veraces. No se puede cancelar la verdad.

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