Visitar al Santísimo no es un gesto reservado para “los muy santos”, sino una necesidad para todo el que busca encontrarse con el amor de Dios. En una reciente entrevista, el P. Pablo Fernández-Martos explica la importancia de la Adoración Eucarística.

En el reciente episodio del podcast católico “Mantita y Fe”, que inicia ya su cuarta temporada, Bárbara Bustamante conversó con el sacerdote de la Diócesis de Getafe (España) sobre este tema fundamental para la vida espiritual.

Durante la conversación, el P. Fernández-Martos subrayó que, precisamente por ser pecadores, debemos acercarnos con mayor insistencia a Dios y advirtió que el demonio busca hacernos creer que, tras el pecado, debemos escondernos del Señor como lo hicieron Adán y Eva.

“¿Y qué es lo que tenemos que hacer? Justo lo contrario. Cuando he pecado, lo que tengo que hacer es sacar a un Cristo, besarlo, mirarlo y decirle: ‘Señor, yo ahora, desde el lodo de mi pecado, solo sé que Tú me amas’”, afirmó.

Esta actitud, explicó, nos permite experimentar un cambio profundo: la certeza de que el amor de Dios es más grande que cualquier pecado.

“Por tanto, cuando me acerco a la Adoración Eucarística, aunque sea pecador, porque todos lo somos, lo que hago es reconocer que Dios es misericordia. Él es siempre mucho más bueno de lo que nosotros somos malos y, por tanto, aunque yo sea pecador, mi lugar propio es postrado a sus pies, implorándole como el publicano: ‘Señor, ten misericordia de mí, que soy pecador’”.

El P. Fernández-Martos recordó que la Adoración Eucarística no es un premio para los “perfectos”, sino un encuentro para quienes reconocen su necesidad de la misericordia de Dios.

“No vamos al Santísimo para demostrar que somos muy buenos, sino para reconocer que Dios es muy bueno”.

Este episodio busca acercar a los fieles la experiencia de la visita al Santísimo Sacramento, derribando prejuicios y mostrando que este encuentro transforma la vida cotidiana de los fieles.

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