Hace algunos años el padre José Antonio Fortea, reputado exorcista español, explicó de una manera magistral los aspectos fundamentales por los que celebrar Halloween es peligroso.

En una entrevista realizada para National Catholic Register, el padre Fortea expresó que “el problema de Halloween es que puede generar interés por el mundo oculto”.

Padre Fortea advierte que Halloween “genera interés por el mundo oculto”

“La celebración de Halloween hace un siglo fue muy ingenua. Se trataba de disfraces, unos caramelos, algo muy familiar y pequeñas comunidades que querían que los niños disfrutaran de una forma muy saludable”, explicó el padre Fortea.

“Desafortunadamente, en los últimos 15 a 20 años, esta celebración se ha vuelto cada vez más esotérica u orientada a lo oculto. Los disfraces son realmente muy sangrientos. Algo que es repugnante no es hermoso para que los niños se diviertan. Es algo horrible y de muy mal gusto ver a los niños así“.

Luego comentó que existen dos posiciones frente a este festejo. “Una es luchar contra Halloween como un todo y no involucrarse de ninguna manera. La otra posición está bien con los disfraces, está bien que un niño se vista como un príncipe o un astronauta o Shrek, pero nada oscuro o demoníaco. Creo que quizás la segunda posición sea más fácil, especialmente aquí en España”, comentó el sacerdote.

Pero, ¿existe un peligro en la celebración? Para el padre Fortea, “el problema de Halloween es que puede generar interés por el mundo oculto, por las brujas y cosas por el estilo”.

El problema es si los niños o adolescentes se interesan demasiado en las tablas Ouija, los hechizos o cosas por el estilo. En ese momento, cuando llames a esos seres, es posible que se acerquen a ti y estén a tu alrededor. Ser poseído no es tan fácil. Algunas personas piensan que si llamas a un demonio, puedes ser poseído en ese segundo. Eso es raro. Lo más común es sentir una presencia en ese momento con la gente alrededor de la mesa, y en ocasiones esa presencia está alrededor de una persona del grupo durante una semana o dos semanas, pero nada más. Afortunadamente, porque Dios protege, ser poseído no es tan fácil“, concluye el sacerdote.

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Este artículo fue traducido y adaptado en National Catholic Register.

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