Hace unas horas la situación en Venezuela se intensificó de nuevo. La violencia contra los manifestantes, tanto militares como civiles, se ha vuelto más explícita frente a las cámaras del mundo.
Ante esto, ante la impotencia que muchos pueden sentir por no poder hacer algo para detener dicha violencia, nos queda implorar a Dios de que estos eventos lamentables acaben pronto.
Te compartimos algunas oraciones que te pueden ayudar a pedir a Dios por la paz:
Oración atribuida a San Francisco de Asís
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
Oración del Papa San Pablo VI
Señor, Dios de la paz,
Tu que creaste a los hombres
para ser herederos de tu gloria.
Te bendecimos y agradecemos
porque nos enviaste a Jesús,
tu hijo muy amado.
Tu hiciste de Él,
en el misterio de su Pascua,
el realizador de nuestra salvación,
la fuente de toda paz,
el lazo de toda fraternidad.
Te agradecemos por los deseos,
esfuerzos y realizaciones
que tu Espíritu de paz
suscitó en nuestros días,
para sustituir el odio por el amor,
la desconfianza por la comprensión,
la indiferencia por la solidaridad.
Abre todavía más nuestro espíritu
y nuestro corazón
para las exigencias concretas del amor
a todos nuestros hermanos,
para que seamos, cada vez más,
artífices de la PAZ.
Acuérdate, oh Padre,
de todos los que luchan,
sufren y mueren
para el nacimiento
de un mundo más fraterno.
Que para los hombres
de todas las razas y lenguas
venga tu Reino de justicia,
paz y amor.
Amen.
Oración del Papa San Juan Pablo II
Dios de infinita misericordia y bondad,
con corazón agradecido te invocamos hoy en esta
tierra que en otros tiempos
recorrió San Pablo.
Proclamó a las naciones la verdad de que en
Cristo Dios reconcilió al mundo consigo. Que tu
voz resuene en el corazón
de todos los hombres y mujeres,
cuando los llames a seguir
el camino de reconciliación y paz,
y a ser misericordiosos como tú.
Señor, tú diriges palabras de paz
a tu pueblo y a todos
los que se convierten a ti de corazón.
Te pedimos por los pueblos de
Oriente Próximo.
Ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división
y a construir juntos un mundo
de justicia y solidaridad.
Señor, tú creas cielos nuevos
y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes
de estas tierras.
En su corazón aspiran
a un futuro más luminoso;
fortalece sus decisión de ser hombres
y mujeres de paz y heraldos
de una nueva esperanza para sus pueblos.
Padre, tú haces germinar
la justicia en la tierra.
Te pedimos por las autoridades civiles
de esta región,
para que se esfuercen por satisfacer
las justas aspiraciones de sus pueblos
y eduquen a los jóvenes
en la justicia y en la paz.
Impúlsalos a trabajar generosamente
por el bien común y a respetar
la dignidad inalienable de toda persona
y los derechos fundamentales que derivan de la
imagen y semejanza del Creador
impresa en todo ser humano.
Te pedimos de modo especial
por la autoridades de
esta noble tierra de Siria.
Concédeles sabiduría, clarividencia
y perseverancia;
no permitas que se desanimen
en su ardua tarea de construir
la paz duradera,
que anhelan todos los pueblos.
Padre celestial, en este lugar
donde se produjo la conversión
del apóstol San Pablo,
te pedimos por todos los que creen
en el evangelio de Jesucristo.
Guía sus pasos en la verdad y en el amor.
Haz que sean uno, como tú eres uno
con el Hijo y el Espíritu Santo.
Que testimonien la paz que supera todo
conocimiento y la luz que triunfa
sobre las tinieblas de la hostilidad,
del pecado y de la muerte.
Señor del cielo y de la tierra,
Creador de la única familia humana,
te pedimos por los seguidores
de todas las religiones.
Que busquen tu voluntad en la oración
y en la pureza del corazón,
y te adoren y glorifiquen tu santo nombre.
Ayúdales a encontrar en ti la fuerza
para superar el miedo y la desconfianza, para que
crezca la amistad
y vivan juntos en armonía.
Padre misericordioso,
que todos los creyentes encuentren
la valentía de perdonarse unos a otros,
a fin de que se curen las heridas del pasado y no
sean un pretexto
para nuevos sufrimientos en el presente.
Concédenos que esto se realice
obre todo en Tierra Santa,
esta tierra que bendijiste
con tantos signos de tu Providencia
y donde te revelaste como Dios de amor.
A la Madre de Jesús,
la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos a los hombres
y a las mujeres que viven en la tierra
donde vivió Jesús.
Que, al seguir su ejemplo,
escuchen la palabra de Dios
y tengan respeto y compasión
por lo demás, especialmente
por los que son diversos de ellos.
Que, con un solo corazón y una sola mente,
trabajen para que todo el mundo sea
una verdadera casa para todos sus pueblos.
¡ Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Amén.
Oración del Papa Francisco
Dios omnipotente y misericordioso, Señor del
Universo y de la historia humana.
Todo lo que has creado es bueno, y tu
compasión por el hombre, que te abandona
una y otra vez, es inagotable.
Venimos hoy a implorarte que ampares al
mundo y a sus habitantes con la paz, alejando
de él el destructivo oleaje del terrorismo,
restaurando la amistad y derramando en los
corazones de tus criaturas el don de la
confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos también por
todos los que han muerto, víctimas de los
brutales ataques terroristas. Concédeles la
recompensa y la alegría eternas. Que
intercedan por el mundo, sacudido por la
angustia y desgracias.
Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los
heridos en los ataques terroristas: los niños y
los jóvenes, las mujeres y los hombres, los
ancianos, las personas inocentes y los que han
sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo
y el corazón, que se sientan fortalecidos por
tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de
la venganza.
Santo Espíritu Consolador, visita a las familias
que lloran la pérdida de sus familiares,
víctimas inocentes de la violencia y el
terrorismo.
Cúbreles con el manto de tu divina
misericordia. Que encuentren en Ti la fuerza y
el valor para continuar siendo hermanos y
hermanas de los demás, especialmente de los
extranjeros y los inmigrantes, testimoniando
con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los terroristas para
que reconozcan la maldad de sus acciones y
vuelvan a la senda de la paz y el bien, el
respeto por la vida y la dignidad de cada ser
humano, independientemente de su religión,
origen o status social.
Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta
oración que se eleva hacia Ti entre el
estruendo y la desesperación del mundo.
Llenos de confianza en tu infinita
Misericordia, confiando en la intercesión de
tu Santísima Madre, fortalecidos con el
ejemplo de los beatos mártires de Perú,
Zbigniewa y Michała, que has convertido en
valientes testigos del Evangelio hasta
derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con
gran esperanza, suplicando el don de la paz y
pidiendo que alejes de nosotros el látigo del
terrorismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén.
(Basílica de San Francisco en Cracovia, 2016).