Cada 24 de octubre la Iglesia recuerda a San Antonio María Claret, santo español fundador de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, más conocidos como los claretianos.
Los claretianos buscan la gloria de Dios en todas las cosas, la santificación de sus miembros y la salvación de las almas de todo el mundo. Sus misioneros han llegado a 63 países.
San Antonio María Claret escribió la siguiente oración donde le pide a Dios que, como misionero, aprenda a amarlo en el trabajo duro. Que pide ser digno de seguir a Cristo:
“Haz, Señor, que ardamos en caridad
y encendamos un fuego de amor por donde pasemos;
qué deseemos eficazmente
y procuremos por todos los medios
contagiar a todos de tu amor.
Que nada ni nadie nos arredre, Señor.
Que nos gocemos en las privaciones.
Que abordemos los trabajos,
que abracemos los sacrificios.
Que nos complazcamos en las calumnias
y alegremos en los tormentos.
Señor, que no pensemos sino como seguir e imitar a Jesucristo
en trabajar, sufrir y procurar siempre y únicamente la mayor gloria tuya y la salvación de las almas. Amén.”
Si en tu parroquia hay un grupo de misioneros, o están por hacer un viaje de misión, sería buena idea compartirles esta oración o rezar por todos ellos.