Ya es 24 de diciembre e ingresamos al noveno día de la Novena de Navidad, también conocida como Novena de Aguinaldos. En este último día nos preparamos para recibir el nacimiento del Niño Jesús.
Puedes rezar esta novena solo, en familia o con amigos, concentrándote primero en la meditación especial del día y luego rezando una oración que te acercará más a este misterio de amor.
Aquí tienes el noveno día de la Novena de Navidad.
Noveno día de la Novena de Navidad
Día nueve: El nacimiento de Jesús en el establo de Belén
Meditación
Cuando el emperador de Roma emitió el edicto de que todos debían ir a su propia ciudad para inscribirse, José y María fueron a inscribirse en Belén. ¡Cuánto debe haber sufrido la Santísima Virgen en este viaje de cuatro días, por camino montañoso y en invierno, con su lluvia y viento fríos! Cuando llegaron a Belén, se acercaba el momento del parto de María. José, por tanto, buscó un alojamiento donde ella pudiera dar a luz a su Hijo. Pero debido a que eran tan pobres, fueron expulsados de las casas e incluso de la posada pública, donde otros pobres habían encontrado refugio.
Entonces esa noche salieron un poco del pueblo y allí encontraron una cueva que se usaba como establo, y aquí entró María. Pero José le dijo a su esposa virgen: ‘María, ¿cómo puedes pasar la noche en esta cueva fría y húmeda y aquí dar a luz a tu Hijo?’ María, sin embargo, respondió: “Querido José, esta cueva es el palacio real en el que el Rey de reyes, el Hijo de Dios, desea nacer”.
Cuando llegó la hora de su parto, la Santísima Virgen, arrodillada en oración, vio de pronto la cueva iluminada con una luz deslumbrante. Bajó los ojos al suelo y vio ante ella al Hijo de Dios ahora nacido en la tierra, un pobrecito bebé, llorando y tiritando de frío. Adorándolo como a su Dios, lo tomó contra su pecho y lo acarició. Luego lo envolvió en pañales y lo colocó sobre la paja del pesebre que estaba en la cueva. Así eligió el Hijo de Dios nacer entre nosotros para demostrar su amor infinito por nosotros.
Oración del noveno día de la Novena de Navidad
¡Oh Adorable Niño Jesús! No tendría la osadía de arrojarme a Tus pies, si no supiera que Tú mismo me invitas a acercarme a Ti. Soy yo quien por mis pecados te he hecho derramar tantas lágrimas en el establo de Belén. Pero ya que has venido a la tierra para perdonar a los pecadores arrepentidos, perdóname también a mí, ahora que me arrepiento de todo corazón por haberte despreciado a ti, mi Salvador y mi Dios, que eres tan bueno y que tanto me has amado.
En esta noche, en la que concedes grandes gracias a tantas almas, concede tu consuelo celestial también a esta pobre alma mía. Todo lo que te pido es la gracia de amarte siempre, desde este día en adelante, con todo mi corazón. Ponme todo en llamas con tu santo amor. Te amo, Dios mío, que te has hecho Niño por amor a mí. Nunca dejes que deje de amarte nunca más.
Oh María, Madre de Jesús y Madre mía, puedes obtener todo de tu Hijo con tus oraciones. Este es el único favor que te pido. Ruega a Jesús por mí. Amén.
¡Ya puedes rezar el noveno día de la Novena de Navidad!
Esta novena fue traducida de EWTN.
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