Mientras la mayoría de niños de su edad están intentando memorizar la tabla de multiplicar, William Maillis (9 años) está a punto de ingresar a la universidad para estudiar astrofísica con una insólita meta: demostrar que Dios existe.

Maillis es el menor de tres hermanos, y su padre es un sacerdote ortodoxo griego. Sus padres notaron que él era especial cuando el pequeño Maillis comenzó a identificar números a los 6 meses de edad y a hablar oraciones completas a los 7 meses. Aprendió a sumar a los 21 meses; a los dos años podía multiplicar, leer y escribir; a los 4 años ya sabía álgebra, lenguaje de señas y leía griego; a los 5 aprendió geometría; y a los 7, trigonometría.

Después de terminar el tercer grado, sus padres lo matricularon en cuarto grado y en la secundaria al mismo tiempo. Y recientemente ha sido inscrito para llevar algunos cursos universitarios.

Sus padres ven ven en los talentos de su hijo un regalo de Dios para ser usados para el bien.

“Sólo quiero que aprecie el don que tiene, lo cual hace”, dijo su padre. “Le digo, ‘Dios te dio un regalo. Lo peor sería rechazar ese regalo y no utilizarlo para mejorar el mundo'”.

¡Oremos por el pequeño William Maillis!

[Ver: Esto pasa cuando subestimas a un sacerdote]

[Ver: La verdad sobre el caso Galileo]

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