La organización católica Paradisus Dei relató una historia sobre una mujer que soñó con San Juan Pablo II y halló su reliquia años después.
La Paradisus Dei produjo una serie que documenta los Misterios del Rosario en Tierra Santa.
La serie explora el poder del Rosario, su importancia bíblica y teológica, y usa música e imágenes visuales “para hacer que el Rosario cobre vida en los corazones y las mentes”.
En este video exclusivo de la serie, el presentador Mark Hartfiel cuenta una historia previamente desconocida sobre el encuentro sobrenatural de una mujer polaca enferma con San Juan Pablo II.
Mujer toca ropa de San Juan Pablo II en sueño y encuentra reliquia 11 años después
En el momento del encuentro, Juan Pablo II aún vivía. Ella lo vio en un sueño. Estaba en una multitud, con la esperanza de tocar su capa. Sin éxito, la mujer agarró un trozo de su calcetín. El Papa le dijo: “No te preocupes. Pronto tendremos todo el tiempo del mundo para hablar.
Al día siguiente, (en realidad) el Papa murió.
Varios años después, Hartfiel oró por la mujer mientras visitaba la tumba de San Juan Pablo II. Al mismo tiempo, la mujer polaca estaba en misa. Después de la misa, la ex costurera del Papa se le acercó, le dio un rosario a la mujer polaca y le dijo: ‘esto es del Papa’.
Continuó, contándole a la mujer su historia de costura en el Vaticano. Ella y sus compañeros de trabajo sabían que vivían en presencia de un santo, por lo que guardaron varias reliquias.
La costurera guardó la reliquia del calcetín y se la mostró a la mujer polaca.
Aquí puedes ver el video del relato. Debajo encontrarás la traducción completa.
Este es el texto de la historia completa contada por Mark Hartfiel :
“Estaba en una peregrinación en Roma en la Basílica de San Pedro en la tumba de San Juan Pablo II, y estaba orando por una amiga mía polaca”.
“Su mamá estaba muy enferma, entonces le pedí a San Juan Pablo II su intercesión. Le dije: ‘Juan Pablo II, sé que tienes un gran lugar en tu corazón para el pueblo de Polonia. Por favor ayuda a esta familia en su momento de necesidad, y esa noche, volví a mi habitación y envié un correo electrónico, una nota diciéndole a mi amiga que había orado por su madre”.
“Al día siguiente, recibí una nota de vuelta y no vas a creer lo que decía. (En realidad, hay dos partes en la [historia]”.
“Lo primero sucedió 11 años antes. Su mamá ya estaba muy enferma en ese momento y tuvo un sueño. En este sueño, Juan Pablo II caminaba en este prado y había gente por todas partes”.
“Todo lo que ella quería hacer era alcanzar y agarrar su sotana, pero siendo demasiado débil y con la multitud demasiado grande, decidió que no podía llegar a él. Así que decidió acostarse en un surco en la hierba y esperar a que él pasara”.
“Efectivamente, cuando él pasó, ella alargó la mano, pero no tuvo fuerzas para agarrar su sotana. Ella solo pudo agarrar un pedazo de su calcetín. En ese momento, el Papa lo sintió y se volvió hacia ella”.
“Él dijo: ‘No te preocupes. Pronto tendremos todo el tiempo del mundo para hablar’. Al día siguiente, cuando despertó en la vida real, falleció Juan Pablo II”.
“Este relato siempre ocupó un lugar importante en la historia de esta familia. Lo mantuvieron cerca de sus corazones. Y ahora, 11 años después, y en este preciso momento cuando estoy en su tumba orando por su familia, esto es lo que pasó:
Su mamá estaba en Misa. Era comulgante diaria y estaba en Cracovia. Una hermana religiosa que nunca había conocido o visto antes se le acercó después de la misa. Lo primero que hizo fue entregarle un rosario y simplemente dijo: ‘esto es del Papa'”.
“Pero lo que sucedió después realmente te dejará boquiabierto. Ella dijo: ‘Ven conmigo’, y luego procedieron a caminar hasta la residencia en la que se hospedaba”.
“Ella continuó explicando que hace muchos, muchos años, ella trabajó en el Vaticano. Hizo toda la costura del Santo Padre y comenzaron a ver que él era un santo que vivía, caminaba y respiraba, y que un día todos estos artículos serían reliquias.
“Luego, se volvió y dijo: ‘No tengo idea de por qué estoy haciendo esto’, y agarró un trozo de tela blanca y dijo: ‘Esto es del calcetín de San Juan Pablo II'”.
¡Qué historia increíble! ¿No lo crees?
¡San Juan Pablo II, ruega por nosotros!
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