Muchas veces hemos recibido mensajes apocalípticos que nos pueden quitar la paz. Si tienes miedo al fin del mundo, la reflexión del P. Eduardo Hayen Cuarón te puede ayudar a mantener la serenidad y confiar en Dios.
En su cuenta de X, el P. Cuarón, director del semanario Presencia de la diócesis mexicana de Ciudad Juárez, señaló que muchas personas, al recibir mensajes inquietantes sobre el fin del mundo, se llenan de angustia.
“Hace unos días recibí, de una persona, una de esas profecías: el mundo acabará este diciembre de 2023. ¿Qué podemos decir como católicos?”, señaló.
Frente a estas supuestas profecías que abundan en internet, el sacerdote resaltó 4 cosas que Jesús nos enseña.
1. El mundo acabará
Al mirar el egoísmo de los hombres, la violencia de unos contra otros, la acumulación de pecados sobre pecados, nos preguntamos si tanta maldad está destinada a perpetuarse por siglos infinitos.
No. El universo, como creatura, tiene sus días contados. Así como "Dios puso límites al mar cuando éste cubrió la tierra" (Job 38,10), así el mal no prevalecerá eternamente en el mundo.
2. Los signos de maldad y desorden pueden hacer creer que el fin del mundo es inminente
Algunos, al analizar los hechos de la historia, llegan a esa conclusión. Sin embargo, esos signos han acompañado el caminar de la humanidad. Por ejemplo en el siglo XIV, con la aparición de la peste negra, que diezmó a una tercera parte de la población europea, muchos creían que era el fin del mundo, pero no lo fue.
Jesús nos dice que no prestemos atención a quienes profeticen el fin del mundo para tal o cual fecha. Son usurpadores del único Maestro y Señor.
3. Nuestra vida está, hasta el último minuto, en las benditas manos del Padre Celestial
"Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos y perseguidores!" (Sal 31,15). "Pero tú, Señor, eres mi refugio; eres mi Dios y la roca en que confío" (Sal 94,22).
Pongámonos en manos de Aquel que sostiene el mundo y sólo en él confiemos.
4. Dios nos llama a dar testimonio de serenidad, paz y sabiduría en medio de un mundo inquieto
Las palabras de Jesús resuenan en nuestro interior: "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Jn 14,27).
Así estaremos preparados para recibir el fin del mundo sin pánico y en la paz de los hijos de Dios.
¡Confiemos en Jesús nuestros miedos!