[Ver: El misterioso fuego que aparececada Sábado Santo en el SantoSepulcro]
[Ver: La crucifixión de Cristo for dummies]

Las actividades litúrgicas de la Iglesia Católica suelen caracterizarse por su solemnidad y clima de calma. Sin embargo, en Semana Santa aún existe una antigua tradición llamada “Oficio de las Tinieblas” que, aunque al principio suene extraño, se caracteriza por el uso de matracas y otros objetos ruidosos.

Wikipedia - Dominio público.
Wikipedia – Dominio público.

El Oficio de tinieblas es el nombre dado al servicio de maitines y laudes pertenecientes al Miércoles, Jueves y Viernes Santo. En esta celebración, además del uso de las matracas, también se caracteriza por la presencia de un candelabro con 15 velas llamado tenebrario. Las quince velas representan a los once apóstoles, las tres Marías y la Virgen María, es decir, aquellos que acompañaron a Jesús en el día simbolizado.

Wikipedia - Dominio Público.
Tenebrario / Wikipedia – Dominio Público.

Durante esta actividad litúrgica, las luces del templo y del tenebrario se van apagando de a pocos. Al llegar al último cirio del tenebrario, se canta el Miserere (Salmo 50 (51)) y el cirio se oculta detrás del altar, simbolizando la entrada de Jesús en la sepultura y la permanencia de la Iglesia en espera de la Luz que surgirá en la Vigilia Pascual.

Facebook: Michael Ledezma
Facebook: Michael Ledesma

Cuando el último cirio se oculta, se apagan todas las luces del templo y tanto los fieles como los celebrantes hacen sonar sus matracas, marracas y dan de golpes a las bancas para hacer todo el ruido posible.

¿Qué sentido tiene hacer tanto ruido?

El ruido de las matracas y otros objetos simbolizan los tormentos que sobrevinieron a la naturaleza después de la muerte de Jesús.

“Entonces Jesús, clamando otra vez con voz potente, entregó su espíritu. Inmediatamente, el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron y las tumbas se abrieron. Muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que Jesús resucitó, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a mucha gente” Mateo 27, 50-53

Este rito es muy antiguo y prácticamente ha desaparecido luego de la reforma litúrgica posterior al Concilio Vaticano II. Sin embargo, algunas comunidades están intentando recuperar esta tradición adaptándola a las nuevas normas litúrgicas.

¿Les gustaría vivir esto en sus parroquias?

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