La oración es una herramienta muy poderosa que Dios puso en nuestras manos para nuestro bien y el del prójimo. ¿Quieres saber cómo hacer que tu rezo sea verdaderamente eficaz? Aquí tienes unos secretos que están en La Biblia y a veces pasamos por alto.
En un útil artículo escrito por Ray Sullivan para Catholic Stand titulado “Liberando tu potencial de oración bíblica”, el autor nos comparte una serie de consejos para que nuestra oración sea infalible.
Aquí hemos tomado algunos de estas recomendaciones.
1. Nunca ores por algo sin antes pedir más fe. Tener fe en nuestra fe no es suficiente. En cambio, debemos tener fe personal en Jesucristo.
“Ahora bien, sin la fe es imposible agradar a Dios, porque aquel que se acerca a Dios de creer que él existe y es el justo remunerador de los que lo buscan” (Hebreos 11, 6).
2. Nunca reces con duda. Dudar de Jesús garantiza que nuestras oraciones no serán respondidas.
“Jesús respondió: ‘Tengan fe en Dios. Porque yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán‘” (Marcos 11, 22-24).
3. Antes de rezar pide perdón y reconcíliate con el prójimo, al menos en tu corazón.
“Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes” (Mateo 6, 14-15).
4. Antes de pedir algo a Dios hay que agradecerle y adorarlo.
Si prestas atención al Padrenuestro, ‘Santificado sea tu Nombre’ viene antes de ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’ (Mateo 6, 9-13).
5. Realiza tu oración siempre comprometido 100% con tu pedido.
“Entonces, cuando ustedes me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; cuando me busquen, me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón, y yo me dejaré encontrar por ustedes” (Jeremías 29, 12-14).
6. Continúa orando aunque tus oraciones no hayan sido respondidas. Con la perseverancia lo serán.
“Después le enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse” (Lucas 18, 1).
7. La manera correcta de hacer la oración no es centrarse en uno mismo sino pedir que se haga la voluntad de Dios en nosotros.
“Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones” (Santiago 4, 2-3).
8. Mantente cerca de Dios recibiendo con frecuencia la Sagrada Comunión.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Juan 6, 56).
“Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.” (Juan 15, 7).
9. Tu oración siempre debe estar centrada en Jesús. Si tu corazón está cerca de Cristo puedes invocar Su nombre ante el Padre amoroso.
“Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre” (Juan 16, 23).
10. Reza con un corazón humilde, Dios ama la humildad.
“Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes” (Santiago 4, 6).
11. La oración con otras personas tiene un gran poder.
“También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos” (Mateo 18, 19-20)
¡Ahora puedes mejorar tu oración!
Esta artículo fue escrito por Ray Sullivan para Catholic Stand.