A la Virgen María, en particular a la advocación de la Virgen del Carmelo, se la conoce como Estrella del Mar. Pero, ¿sabías que las almas del Purgatorio también la llaman así? Aquí está la razón.
Esta revelación nos viene de Santa Faustina de Kowalska. Como toda revelación privada, ningún católico tiene la obligación de creer en ella y se debe proceder con prudencia. Siempre el criterio para aceptar las supuestas revelaciones es que jamás contradigan los Santos Evangelios, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Santa Faustina nos dice:
“Pregunté a estas almas ¿Cuál es su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas del Purgatorio, las almas la llaman a María “La Estrella del Mar”. Ella les trae alivio“. (Diario de Santa Faustina, Nota 19)
¿Por qué la llaman “Estrella del Mar”? Esta es la razón.
Durante muchos siglos, los navegantes que cruzaban los mares confiaron en las estrellas para guiarse en las oscuras noches y llegar a buen puerto. En nuestra vida terrenal, la Virgen es esa “Estrella del Mar” que nos guía en los momentos más oscuros para que podamos encontrarnos con el Señor, nuestro puerto.
Las almas del Purgatorio tienen la certeza de que se salvaron, pero aún no pueden participar de la visión beatífica, es decir, aún no pueden ver a Dios tal como es. Primero deben pasar un proceso de “purificación” de sus penas temporales.
Cuando están en este estado, si bien están felices de saber que podrán contemplar en algún momento a la Santísima Trinidad, sufren porque añoran ese encuentro.
Allí María se convierte en su “Estrella de Mar”, que les muestra el camino y les da esperanza del futuro encuentro con Dios.
Según otras revelaciones, la Virgen les lleva gracias y alivios a estas almas atribuladas.
“María se va entonces [del Cielo], con el corazón lleno de los dones divinos de agua y de sangre, hacia el Purgatorio, sobre el que ella abre su Corazón maternal: el agua y la sangre que ha depositado Jesús, se desbordan como en una lluvia bienhechora, María añade sus lágrimas y su amor y las almas reciben inmensos alivios” (El Purgatorio, una revelación particular. Pág. 160).
La Virgen María, es la “Estrella de Mar” que calma su tormento pero también trae su liberación:
“La Santísima Madre de Dios derramaba allí gracias, consuelos y esperanza. Después, subió al Cielo con numerosas almas liberadas por su intercesión. Vi cientos de personas penetrar en la Gloria de Dios, y fue como si el Paraíso entero resonara en clamores de alegría y cantos festivos” (El Purgatorio, una revelación particular. Pág. 228).
¡Virgen María, Estrella del Mar, guíanos a Jesús!