La Iglesia nos enseña que los ángeles caídos fueron creados buenos pero se hicieron malos por propia voluntad. Después de caer y convertirse en demonios, ¿pueden esto ángeles arrepentirse y volver a Dios? La respuesta es no y aquí está la razón.
Los ángeles tuvieron que pasar una prueba antes de penetrar en la visión beatífica de Dios. Algunos obedecieron y otros no.
La razón por la que los ángeles caídos jamás van a arrepentirse
Este proceso se dio por fases. Primero dudaron de que la obediencia a Dios fuera lo mejor, ya era en sí mismo un pecado pero aún su voluntad no los inclinaba a la rebeldía. Su inteligencia les decía que eso era absurdo porque Dios era Dios y ellos tan solo criaturas.
Pero con el tiempo, la inteligencia fue aceptando aquello que la voluntad ya había elegido y cayeron en pecado mortal.
¿Pero cómo los ángeles, con su inteligencia, tomaron esa decisión “irracional”? Porque su soberbia, su egoísmo, su voluntad de entregarse a sí mismos anuló su intelecto.
Y ya en ese momento, empezaron a pensar que Dios era un obstáculo para su libertad, en este proceso lo vieron como un mal y comenzaron a odiarlo.
Dios, sin embargo, en su infinita bondad, continuaba enviándoles llamadas para que volvieran a Él. Pero cada uno de estos llamados era contestado con más odio para reafirmar su propia voluntad.
Entonces se produjo la caída. ¿Qué es esto? Hasta ese momento los ángeles no habían “visto” a Dios en toda su esencia. Pero una vez que todos los llamados fueron en vano, Dios permitió a los ángeles que lo amaban participar de la visión beatífica.
La caída significa que Dios ya no los vuelve a llamar, pues cada gracia de arrepentimiento los sume más en el odio. Y entonces quedan en ese estado alejado del Creador que estos ángeles caídos eligieron voluntariamente y que es el infierno.
¿Pero Dios podría perdonar a los demonios? Sí, podría.
Dios puede perdonar cualquier pecado por grave que sea, pero no puede perdonar a quien no quiere arrepentirse. Y eso sucede con el demonio.
Aquí está la razón de por qué los ángeles caídos jamás se arrepentirán de haberse alejado de Dios: por su naturaleza superior a la de los humanos, tienen un gran entendimiento y una enorme fuerza de voluntad. Una vez que toman una decisión jamás la revocan.
Obstinados en el pecado, los ángeles caídos ya no reciben gracias de arrepentimiento y tampoco las desean.
Este artículo consultó el libro Summa Daemoníaca del padre José Antonio Fortea.
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