¿Tienes una necesidad particular y quieres pedir la intercesión del Padre Pío? San Juan Pablo II creó esta hermosa oración para que los fieles puedan solicitar ayuda al santo de los estigmas.

San Juan Pablo II tiene una conexión especial con el Padre Pío. Cuando todavía era Obispo Auxiliar de Cracovia (Polonia), el entonces Mons. Karol Wojtyla, envió una carta al fraile capuchino para pedir sus oraciones por una madre con cáncer:

“Venerable padre, le pido decir una oración por una mujer polaca de Cracovia de 40 años, madre de cuatro hijas, que durante la última guerra mundial estuvo recluida 5 años en los campos de concentración y se encuentra ahora en gravísimo peligro a causa del cáncer. En Cristo”.

Al recibir la carta, el Padre Pío pidió por la mujer y el 28 de noviembre del mismo año, Mons. Wojtyla agradeció al santo por su intercesión.

“Venerable padre, la mujer polaca de Cracovia, madre de cuatro hijas, el 21 de noviembre, antes de la operación quirúrgica, ha recuperado de improviso la salud. Demos gracias a Dios. A ti, padre venerable, la gratitud viva del esposo y toda la familia”.

San Pío de Pietrelcina fue canonizado por San Juan Pablo II el 16 de junio de 2002. Durante su homilía, el Papa peregrino realizó una oración especial para este gran santo.

Oración de San Juan Pablo II para pedir la intercesión del Padre Pío

Enséñanos también a nosotros, te lo pedimos, la humildad de corazón, para ser considerados entre los pequeños del Evangelio, a los que el Padre prometió revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a orar sin cansarnos jamás, con la certeza de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Alcánzanos una mirada de fe capaz de reconocer prontamente en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Sostennos en la hora de la lucha y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria feliz, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar eternamente la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

¡San Pío de Pietrelcina, ruega por nosotros!

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