La repentina extensión del coronavirus en pocos meses por todo el mundo, la gran cantidad de contagios y el aislamiento forzado en muchos países han hecho preguntarse a muchos católicos: ¿Es esta la peste del Apocalipsis?

En un video compartido por el padre José Antonio Fortea, el sacerdote da su interpretación de esta enfermedad a la luz de la Sagrada Escritura.

“En esta situación de pandemia quería que reflexionáramos sobre unos pasajes del libro del Apocalipsis, el capítulo 6. Porque creo que ese pasaje nos habla tan directamente a nosotros en este momento”, comenta a modo de introducción el padre Fortea.

La peste en el capítulo 6 del Apocalipsis

Todo lo que tenemos ahora a nuestro alrededor, de algún modo es también una enseñanza de Dios. Lo que ocurre es una enseñanza divina.

El sacerdote comienza su video leyendo el capítulo 6, versículo 8 del Apocalipsis:

Miré y había un caballo de un verde pálido, el nombre de si jinete era muerte y el Hades [el infierno] le seguía. Le fue dada autoridad sobre una cuarta parte de la tierra para matar con la espada, el hambre y la peste, y con los animales salvajes de la tierra.” (Ap. 6, 8)

“Hay dos formas de leer hoy día este pasaje: como un cumplimiento total o parcial.

¿Hay alguna enseñanza de este pasaje para nosotros? Sí, Dios ha contenido la peste durante todo este tiempo. Ahora, si hay peste es porque lo ha permitido. Dios ha contenido a ese jinete cuyo nombre es La Muerte, pero ahora le ha dicho ‘ve'”, sostiene el padre Fortea.

Luego continúa: “En el fondo, este capítulo 6 del Apocalipsis nos da la clave interpretativa de tantas cosas que han sucedido a lo largo de la historia. Dios nos enseña la razón más profunda de los hechos de este mundo, por eso el libro se llama Apocalipsis, Revelación”.

“Los seres humanos, creyentes y no creyentes, vemos hechos en el mundo, hambres, guerras, problemas, peste, enfermedades; lo que hace Dios es desvelar la razón profunda del porqué de esas cosas.

A veces es una prueba, a veces Dios santifica a una sociedad como lo hizo con Job. Pero siempre hay que examinarse, ¿no será esto como en el capítulo 6 del Apocalipsis?

Siempre hay pecado, pocas personas pueden decir ‘no, no tengo nada que purgar, ni que expiar. Soy un santo y Dios me está probando’. Pocas personas pueden decir, pocas sociedades pueden decir eso”.

El perdón y la expiación

Luego el padre Fortea reflexiona sobre la Parábola del deudor de los diez mil talentos (Mt 18, 21-35):

“Este pasaje lo he meditado mucho antes de que empezara la epidemia. Me causaba tanto consuelo. El perdón de Dios: hay una deuda y Dios la rompe y dice ‘no me debes nada’.

Sin embargo, recordemos que, en este caso concreto, [el deudor al que se le había perdonado la deuda] fue malo con el prójimo, hizo sufrir al prójimo.

Y entonces sí, el Señor entonces le castigó”, afirma el sacerdote.

“El capítulo 6 del Apocalipsis, con sus cuatro jinetes, uno de los cuales es la peste, viene después del perdón del siervo de los diez mil talentos.

Dios nos dice que es así, que no podemos canturrear ‘no, pero Dios es tan bueno que…’; no, también llega a momentos, como en la época del profeta Jeremías, que dice: ‘Sí, Yo soy bueno pero ahora entra ya en otra fase’.

Ese tiempo para pedir perdón por los diez mil talentos ha pasado ahora viene la expiación. Yo siento en mi corazón que esta peste es el umbral, la puerta de entrada que hemos atravesado para entrar en un tiempo de tribulación”.

La peste, tribulación en una sociedad sin Dios

“Una sociedad que se ha olvidado de Dios, que ha conculcado [anulado] sus mandamientos, que ha tenido su becerro de oro, que ha dicho ‘no te necesito’.

¿Por qué no vamos a pensar que es un tiempo de castigo?

Creo que empieza una etapa de tribulación larga, que puede durar, quién sabe unos quince años. Digo quince porque tienen que suceder muchas cosas para que todo pueda ser restaurado.

Pero es una intuición”, concluye el padre Fortea.

Si quieres ver el video completo, aquí lo tienes:

Y tú, ¿qué crees? ¡Cuéntanos cómo vives este difícil momento desde tu fe!.

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