Eva Vlaardingerbroek es una filosofa jurídica y analista política holandesa de 26 años. Creció en una familia cristiana pero alejada del catolicismo. Sin embargo, aunque creía en Cristo, el mal en el mundo la guió a reconocer a la única y verdadera Iglesia: la Iglesia Católica.

En una entrevista realizada por Edward Pentin para National Catholic Register, la joven filósofa cuenta su proceso de conversión, lo que más la cautivó de la religión católica y cómo encuentra en ella inspiración y la fuerza para enfrentar las ideologías anticristianas.

Joven filósofa se convierte al catolicismo y cuenta lo que convertiría a cualquier protestante

Vlaardingerbroek se crió en una familia de convicciones cristianas. Aunque su madre era católica y su padre protestante -y nunca se decidió definitivamente por una religión- comenzó a practicar el protestantismo.

“Fui bautizada en la iglesia protestante y asistí a la iglesia protestante durante años cuando era niña, hasta que mi padre decidió unirse a mi madre en Misa hace unos 15 años. Decidió unirse a ella porque estaba harto de lo politizada (izquierdista) que se había vuelto nuestra iglesia protestante. Me uní a ellos pero, como todo adolescente, sentí que no pertenecía”, cuenta la joven filosofa.

“Durante los últimos días de mis estudios y al comienzo de mi carrera política, experimenté muchas reacciones negativas por mis opiniones políticas conservadoras”, recuerda Vlaardingerbroek.

“Durante ese tiempo, me di cuenta de todo corazón que no solo estamos peleando una pelea política (derecha contra izquierda), sino que estamos lidiando con una pelea espiritual (el bien contra el mal)“.

Esta toma de conciencia empujó a la joven filósofa a sustentar su análisis políticos en principios religiosos cristianos.

Abiertamente comencé a involucrar mi fe en mis comentarios políticos y decidí de inmediato que nunca volvería a transigir en eso. Experimenté lo que sucede cuando sales y hablas de tu amor por Cristo: las fuerzas del mal en el mundo se hacen más fuertes, porque no hay nada que odien más que el testimonio, pero las fuerzas del bien en mi vida también son cien veces más fuertes y me hacen más fuerte”, comenta.

Todo tenía sentido”, el descubrimiento de la fe católica

En cierto momento, Vlaardingerbroek se dio cuenta que necesitaba respuestas. Comenzó entonces a recorrer distintas iglesias, pero en cada una notó que faltaba algo.

“Y luego encontré los discursos del profesor Peter Kreeft en YouTube. Vi su contenido durante horas hasta que me topé con su video llamado “Siete razones por las que todos deberían convertirse en católicos”. Lo vi, y simplemente no pude discutir con lo que dijo. Todo tenía sentido. Desde el hecho de que Cristo mismo fundó la Iglesia, pasando por la importancia de los santos, hasta el verdadero milagro de la Eucaristía. Sabía que tenía que tomar una decisión”.

“Durante la Misa de Navidad del año pasado, eso es exactamente lo que hice. Sentí en mi corazón que quería ser católica. Cuando llegué a casa después de misa, recibí un mensaje de Feliz Navidad de mi querido amigo y compañero de lucha, el padre Benedict Kiely, a quien había conocido en la Conferencia Nacional de Conservadurismo en Bruselas un año antes. Me deseó una Feliz Navidad y me preguntó cuándo me convertiría al catolicismo. No existe tal cosa como la coincidencia y el resto es historia .”

Vlaardingerbroek reconoce que lo que más le atrajo del catolicismo fue la transubstanciación.

La transubstanciación fue clave para mí. Como protestante, rechacé el concepto, nunca sentí que pudiera racionalizar eso, así que opté por el argumento de que ‘es simbólico’. Pero cuando miras las Escrituras, lo que Jesús mismo dijo, es muy claro. No es simbólico en absoluto. Y aunque no puedo racionalizarlo, lo creo; porque si Cristo dijo que es así, es así. Entonces, no hay otra opción más que convertirse en católico.

El catolicismo es la respuesta

La jóven filósofa explica que “el arma más poderosa contra el relativismo de izquierda es la fe católica. ¿Qué es mejor en un momento en que la gente dice ‘todo vale’ que decir ‘No’? Existe la belleza, existe el Bien y existe la Verdad. Él es la Verdad, el Camino y la Vida. Y eso nunca cambiará.”

Política y socialmente hablando, creo que vivimos tiempos increíblemente oscuros. Un mundo al revés, donde la gente llama a los hombres mujeres, a las mujeres hombres; un mundo donde la gente llama a lo malo bueno y a lo bueno malo, como se describe en Isaías 5:20. Pero yo confío en Dios, y sé que la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido. Nada me da más esperanza que eso. El bien vencerá porque Cristo ya ha vencido a la muerte y nos ha hecho libres. Por lo tanto, temo a Dios más que al hombre”, subraya Vlaardingerbroek.

En este sentido, sostiene que “la ideología de género y el feminismo son probablemente las ideologías más dañinas que existen para las mujeres (y para los hombres) porque impiden que las personas se casen, formen una familia y sean verdaderamente felices y cumplan con su deber (moral)”.

“Honesta y verdaderamente es obra del diablo. No menos. Y lamentablemente ha ido ganando terreno”, reconoce.

Sin embargo, “la única solución que veo a este problema es ser despiadadamente intransigente. Dios creó a Adán y Eva, no 73 géneros diferentes. Ese es el Hombre tratando de ser su propio pequeño dios, lo que nunca ha funcionado y nunca funcionará. Y lo sabemos. Mi generación es absolutamente miserable. Entonces, lo mejor que podemos hacer como católicos es decirle a la gente que hay una alternativa que pueden seguir. Porque existe y tiene un nombre: Jesucristo“, concluye.

Este artículo fue traducido y adaptado de National Catholic Register.

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