Libby Osgood, ingeniera aeroespacial de la NASA, guardaba discretamente su vida devota en el trabajo. Le era difícil encontrar un lugar donde pudiese seguir trabajando en las ciencias y vivir su fe plenamente.

Un día visitó al jesuita Guy Consolmagno, doctor en Ciencias Planetarias, astrónomo y en aquel entonces director del Observatorio Vaticano. Al escucharlo, Libby abrió su mente y comprendió que la fe y la ciencia podían ir de la mano.

Esta visita la marcó tanto que, después de discernir y orar por un tiempo, tomó la radical decisión de ser religiosa. “Me gustaba demasiado la ingeniería, pero me di cuenta de que podía ser una ingeniera y una monja a la vez”, indicó.

Hace un año ingresó a la Congregación de Notre Dame, cuyo acento es la educación. Cuando contó su decisión en el trabajo descubrió que tenía compañeros católicos que le mandaron correos apoyándola en este paso.

Ya cumplió un año de novicia y está muy feliz. Aún tiene un largo camino por delante.

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