Nota: Hicimos algunos cambios en la redacción de la palabra ab*rto para evitar filtros.

Kaya Jones, ex cantante de la popular banda The Pussycat Dolls, conocidas por su éxito “When I Grow Up”, alzó su voz en favor de los más vulnerables y lamentó las consecuencias que el ab*rto dejó en su vida.

Chrystal Neria, conocida por su nombre artístico Kaya Jones, compartió su testimonio durante la Marcha por la Vida de la Costa Oeste de San Francisco (Estados Unidos), donde resaltó que ni el dinero ni la fama, que logró al ser parte de la banda de pop, pudieron borrar el dolor del ab*rto.

Jones señaló que ella viene de una industria que promueve el ab*rto, donde tener un bebé es un impedimento para el éxito.

“Si quieres tener un bebé y quieres ser un artista y tener éxito. Te animan a ab*rtar”, agregó.

Empezó su carrera a los 13 años y desde esa edad se le indicaba que debía “lucir bien” para ser deseable para los hombres y alentadora para las chicas jóvenes.

“A los 16 tuve mi primer ab*rto. No les dije a mis padres, no necesitaba su consentimiento. Suena muy parecido al mundo en el que vivimos hoy, no necesitas consentimiento para matar a un niño”.

“Me hizo daño y sentí como si hubieran sacado algo que siempre perteneció a mi cuerpo. Recuerdo despertarme y sentir que alguien tomó mi costilla o mi riñón y que nunca iba a volver”.

Jones lamentó no conocer la fecha de fallecimiento de su bebé y no tener una tumba a donde poder ir a recordarlo y llorar su muerte.

“A los 19 años estaba en las Pussycat Dolls, me había vuelto famosa y esa era la razón de mis acciones. Había renunciado a mi primer hijo, ahora tenía éxito y en última instancia quedé embarazada de nuevo”.

Cuando anunció que esperaba un nuevo bebé, se le indicó nuevamente que debía ab*rtar, ya que era su hijo o era su carrera.

“Hice la cita muy temprano, una mañana que tenía que estar en un ensayo. Y me hice el procedimiento, seguí sangrando mientras iba al ensayo. Canté y bailé durante 8 horas y continué con la hemorragia. Al día siguiente decidí volver a la clínica de abortos y decir que no me sentía bien, que algo estaba mal. Bueno, por supuesto, estuvo mal, había matado a mi hijo, era un asesinato”.

“Sé que la gente quiere endulzarlo y tratar de convertirlo en algo que no es, pero es lo que soy: la madre de niños muertos”.

Al día siguiente, Jones se presentó en Las Vegas, en el MGM Grand Garden Arena, frente a 23 mil personas. Era el gran paso que había ansiado, estaba ingresando a la vida de una diva.

Pero en ese momento, mientras esperaba a realizar su presentación, vio a unas niñas en la primera fila, un encuentro que Dios usó para cambiar su vida por completo.

“La niña de 4 años miró a su madre y dijo: ‘Mamá, ella es una Pussycat Doll’. Esa convicción de la boca de la bebé me golpeó hasta la médula. No había nada que fuera hermoso sobre mí en ese momento, estaba perdiendo a mi hijo y tenía una responsabilidad con los niños y mujeres jóvenes de todo el mundo”.

Jones empezó a cuestionar el ejemplo que daba a los demás y con dolor descubrió que todo lo que mostraba era mentira.

“No importa cuánto dinero tengas, no importa cuánta fama puedas recibir, no importa cuántos discos puedas vender… nada de eso traerá de vuelta a mis hijos”.

“Conozco a mucha gente que no quiere hablar de la oscuridad del ab*rto, solo quieren endulzarlo diciendo: ‘solo es un grupo de células, no importa’. Sí importa”.

“He tenido que pasar por una depresión grave, ansiedad y cosas de las que no quiero hablar. Hay problemas mentales que vienen a causa de esto, porque hiciste algo que no deberías hacer, mataste a tu bebé y tú eres el padre de un niño muerto”.

Sin embargo, Jones animó a las personas que han pasado por esta difícil situación a volver a Dios. Y recordó que todos tenemos el deber de trabajar por aquellos que no tienen voz.

“Ellos también necesitan ser amados, y saber que Dios te ama y te ha perdonado. Ahora perdónate a ti mismo”.

¡Oremos por todas las víctimas del ab*rto!

Comparte