Cada 9 de marzo se celebra a Santa Francisca Romana, italiana nacida en 1384. Se la recuerda vestida con un hábito negro, velo blanco, una cesta de comida en la mano y acompañada con un ángel custodio.
Aquí te compartimos 3 datos que quizás no conocías sobre esta santa:
Fue casada pero se comportaba como religiosa
Santa Francisca amaba mucho a su esposo, pero tenía un amor más grande: amar a Dios como religiosa sirviendo a los pobres y a los más necesitados.
Ella lloraba porque quería ser religiosa y había sido obligada por sus padres a casarse. Un día, su cuñada, llamada Vanossa, la encuentra llorando y le pregunta por el motivo de su tristeza y, al conocerla, le confiesa que a ella le pasaba lo mismo.
Le propuso entonces seguir estando casadas, no descuidar el trabajo que tenían en casa, pero, a penas tengan el tiempo, orarían y atenderían a los enfermos como religiosas.
La suegra de ensueño
Su hijo se casó con una mujer muy hermosa pero muy fastidiosa. No dejaba de estar de mal humor y de criticar a los demás.
Ella se dedicó a atormentar a su suegra, Santa Francisca, quien la soportaba orando y callando.
Un día su nuera cae enferma, y es la misma Santa Francisca quien la cuida y cura. A partir de ese momento, ella se arrepiente de su comportamiento y se amista con la santa.
Fundadora de una congregación siendo casada
Después de muchos años atendiendo de manera excelente a su familia a los pobres que podía, decidió, movida por el Espíritu Santo, fundar una comunidad de religiosas seglares dedicadas a los más necesitados.
Les puso por nombre “Oblatas de María”, su casa principal se encuentra hasta hoy en Roma, y ella la llamó “La Torre de los Espejos”. Hizo todo esto estando casada, pero cuando quedó viuda, ella ingresó a su comunidad y, por unanimidad, fue elegida como la superiora general.