El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes se convirtió en un centro de peregrinación mundialmente conocido desde la aparición de la Virgen en 1858. Allí, por gracia de Dios, ocurrieron decenas de curaciones milagrosas. ¡Pero esta historia seguro te conmoverá!
Antonietta Raco era una mujer católica madre de dos hijos. Súbitamente sufrió una grave enfermedad que había perdido esperanzas de superar. Pero la Virgen de Lourdes tenía pensada otra cosa.
En una entrevista realizada para TV 2000, Antonietta cuenta su milagroso testimonio.
“Escuché una hermosa voz”, el milagro más asombroso de la Virgen de Lourdes
“En 2004 me enfermé de esclerosis lateral primaria, prácticamente ya no podía caminar, estaba usando muletas canadienses. (…) Vagué durante un año entre médicos y hospitales de atención y luego llegué a Turín, al el profesor Adriano Chiò delle Molinette, que me diagnosticó la esclerosis”, cuenta Antonietta.
Ya en el año 2007, tres años después de diagnosticada esta terrible enfermedad, “prácticamente tenía también problemas para tragar, ya no podía comer algunos alimentos, tenía problemas para respirar porque mi aliento había disminuido, y me habría llevado a la respiración artificial y la alimentación”.
“En 2009, en el periódico parroquial había leído que habría un viaje en julio, un peregrinación a Lourdes, y como era un sueño que tenía desde que era niña pero nunca me fue posible, le pregunté a mi marido si podríamos ir en julio… y dijo que sí”.
Entonces sus hijos le regalaron el viaje.
La llegada a Lourdes
Luego de insistirle a una enfermera que la acompañara a la gruta el mismo día que había llegado a Lourdes -porque no tenía movilidad propia-, “estaba frente a la gruta, agradecía a la Virgen por este viaje y le dije si podía darme paz y serenidad, la fuerza para enfrentar todo lo que tenía aún que pasar. (…) Y en particular le pedí por la curación de una niña pequeña de nuestro país que estaba gravemente enferma”.
Al día siguiente, participó en un Via Crucis que precedió un obispo “y cuando llegamos al sitio un voluntario dijo ‘¿Quién quiere darse un baño?'”. Luego de preguntarle a la enfermera que la acompañaba si la ayudaba a bañarse en la piscina, a lo que la mujer respondió afirmativamente.
El mensaje de la Virgen en la piscina
Entonces ocurrió algo extraordinario: las enfermeras la acompañaron a la piscina, “dijimos una oración y justo en ese momento siento un abrazo, y pensé que era la voluntaria pero sus manos estaban en mis piernas (…) y en esa fracción de momento escuché una hermosa voz; la hermosa voz de una joven que me dijo ‘No tengas miedo’, tres veces”.
Ingresó a la piscina y comenzó súbitamente a sentir “un dolor insoportable en las piernas, sentía que me las estaban arrancando, pero los dolores no me distrajeron de rezar. Llegué al fondo del tanque siempre ayudada por los voluntarios, llegué a la Virgen, la abracé, la besé”.
Luego salió de la tina. “Salimos con el voluntario, siempre en silla de ruedas, paramos frente a la cueva para agradecer de nuevo a la Virgen”, cuenta. Y retornó a su hogar llena de paz, dulzura y serenidad. Pero terminó por pensar que todo lo ocurrido se debía a la emoción de estar en un lugar santo y no le contó a nadie lo ocurrido.
La milagrosa curación
Pero poco tiempo después, estaba en el sofá de su casa, y volvió a escuchar la voz femenina que le decía ‘díselo, díselo, llámalo, llámalo’, refiriéndose a su marido. “Llamé a mi marido y le dije, ‘Antonio, amor, pasó algo, tengo que decirte’ y en ese momento me levanto y siento la misma sensación de la piscina”.
¡Estaba caminando nuevamente! Y quedó completamente sanada.
¿Qué piensas de esta impresionante historia de la Virgen de Lourdes?