En uno de sus habituales artículos publilcado en su blog, el padre José Antonio Fortea recordó una fotografía histórica y extrajo de ella una enseñanza y un pedido para todos los laicos.

El sacerdote español recordó una imagen tomada en el año 1990 a un enfermo de SIDA en su lecho de muerte mientras su padre lo abrazaba. La fotografía que en aquel año se publicó en la revista Life buscó cambiar la conciencia respecto a la enfermedad.

“Sé que lo voy a decir es un lugar común, pero no dejo de ver el rostro de Cristo bajado de la Cruz en la cara del joven difunto“, expresó el padre Fortea.

Y luego señaló, “el padre… el padre es la viva imagen del amor”.

El pedido especial del Padre Fortea a todos los laicos

“El rostro del SIDA” – Therese Frare. Créditos: Wikipedia

A partir de esta imagen, el sacerdote español comenzó a reflexionar y comentó:

Los que seguimos a Jesús como representantes suyos debemos recordar que lo más importante es el amor. A veces el amor a la Iglesia puede enmascarar un poco la falta de amor al prójimo”.

“Podría contaros historias de sacerdotes y otras jerarquías con mucho celo, sí, mucho celo. ¿Pero ese amor a Dios tan supuestamente grande se veía reflejado en un buen trato al prójimo?“, se preguntó el padre Fortea.

Y a continuación envió un pedido especial a todos los fieles.

Queridos laicos, tantas veces sobrepasáis a tantos clérigos en lo que realmente importa. Para un diácono, presbítero, obispo o cardenal es fácil que la caridad se convierta en una palabra, en una rutina sin corazón. Tenéis que ayudarnos. Os predicamos, pero tenéis que ejercer otro tipo de predicación vosotros”. 

“Aun así, aunque nos prediquéis, tened un poco de comprensión con nosotros“, finalizó el sacerdote.

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