1) El papiro P52
Muchos escépticos han insinuado que los evangelios son un invento y que no fueron escritos por testigos presenciales de lo que allí se afirma. Sin embargo, esta teoría quedó destruida en el año 1920 cuando los arqueólogos Bernard Grenfell y Arthur Hunt descubrieron un papiro que contenía un fragmento del Evangelio según San Juan.
Si bien es cierto, ya existen muchos papiros con dicho Evangelio completo, lo curioso de este descubrimiento es que data del año 125. Esto es relevante porque este, de una profundidad teológica más compleja que los de Mateo, Marcos y Lucas, ya circulaba en las Iglesia primitiva.
2) El Empedrado de la condena
El arqueólogo francés L. H. Vincent descubrió en el año 1927 en Jerusalén el patio empedrado de la Torre Antonia, de aproximadamente 2.500 metros cuadrados, donde Poncio Pilatos pronunció la condena de Jesús.
“Pilatos sacó fuera a Jesús y se sentó en el tribunal en el lugar llamado Litóstrotos (Empedrado), en hebreo Gabbata” (Juan 19,13).
Algunos pensaban que este pasaje era solo un simbolismo, pero con su descubrimiento quedó completamente demostrada su literalidad.
3) 5 pórticos
En el año 1960 se descubrió en Jerusalén un cuadrilátero irregular de unos 100 metros de largo y un ancho entre 62 y 80 metros con 5 pórticos (una en cada lado y otra al centro).
Este escenario ya estaba descrito en el evangelio según San Juan.
“En Jerusalén, junto a la puerta probática, hay una piscina, llamada en hebreo Betzata, que tiene cinco pórticos” (Juan 5,2).