El entretenimiento y la cultura coreana han gozado de popularidad mundial desde hace mucho tiempo.

Éxitos emblemáticos como Squid Game de Netflix y la presencia creciente de talentos surcoreanos en Hollywood —incluida Lisa de Blackpink, la superestrella del K-pop nacida en Tailandia que actuó en la última temporada de White Lotus de HBO— están impulsando la cultura coreana al centro del panorama mundial.

Los K-dramas y el K-pop se han vuelto referencias cotidianas, y ahora un movimiento creciente de “K-faith” está añadiendo una nueva dimensión a esta ola cultural.

El Hermano Andrew Sanggu Kang, de 29 años, quien estudia actualmente con los Legionarios de Cristo en Roma y es originario de Cheongju, Corea del Sur, encarna esta unión entre cultura y fe.

Durante el Jubileo de los Jóvenes de este año, se mostró emocionado de encontrarse con jóvenes católicos de todo el mundo. Y quedó especialmente conmovido al ver a más de mil peregrinos coreanos presentes en las históricas calles de Roma.

Más de mil peregrinos coreanos asistieron al Jubileo de los Jóvenes 2025 en Roma.

Cuando se le pidió que explicara qué significa para él el “K-faith”, el Hermano Andrew compartió:

“Soy hermano y seré un futuro sacerdote. Amo el K-pop, los K-dramas, todo ese mundo ‘K’. Ahora queremos mostrarle al mundo el K-faith. La cultura coreana es muy única, no la encuentras en ningún otro lugar. Y esta K-culture siempre busca la belleza, el orden y la armonía. Ojalá podamos ver y experimentar el K-faith en la Jornada Mundial de la Juventud. K-faith es vivir nuestra fe católica con la cultura coreana, una cultura llena de armonía, orden y belleza”.

El Hermano Andrew también participó en el Jubileo de los misioneros digitales y de los influencers católicos en el Vaticano, donde habló sobre su enfoque en la evangelización en el mundo digital.

De forma intencional, integra elementos del K-pop y los K-dramas en su contenido para mostrar la belleza radiante de la fe católica.

Aquí tienes un ejemplo:

Aunque algunos consideran que la cultura coreana popular es muy secular y demasiado “humana”, el Hermano Andrew encuentra en ella un gran bien y comprende por qué atrae tanto a los jóvenes.

Explica que, en su esencia, Dios es la Belleza misma.

Al buscar belleza en el K-pop, los K-dramas y en todos los aspectos de la cultura coreana, cree que podemos encontrarnos con Dios de manera más profunda.

“El K-culture no es contrario a Dios ni a nuestra fe”, dice. De hecho, considera que nos ofrece nuevas oportunidades para colaborar y descubrir “una belleza aún mayor en nuestra fe”.
Comparte