En una entrevista concedida a la NBC, Kirstin Holum, ex-patinadora olímpica, y actualmente hermana franciscana de la renovación (CFR), aseguró que “todos tenemos deseos de grandeza”, pero solo el Plan de Dios da la paz que uno busca.

La Hermana Catherine Holum, CFR, vive en Leeds, Inglaterra. Ella respondió a la vocación a la vida consagrada tras retirarse de su carrera como atleta.

A los 16 años, visitó al Santuario de Nuestra Señora de Fátima. Al momento de entrar a la capilla de adoración perpetua, no pudo contener las lágrimas. Descubrió que Jesús era real, estaba vivo, y que la amaba. Y además, tenía un plan para ella. “Tu vas a ser una hermana” – escuchó en su interior.

Aun así estaba decidida a ser patinadora. En 1998 participó de los juegos olímpicos de invierno de Japón. Quedó en buenos puestos en las competencias. Pero, a pesar de que le iba bien en el deporte, no se sentía en paz.

“Había un cansancio en mi corazón, y me di cuenta que había algo más allá que el deporte” – indicó en la entrevista. Se retiró del patinaje y estudió fotografía, pero esto tampoco le bastaba.

Fue entonces que se unió a un movimiento pro-vida de su parroquia y visitó muchos grupos en América. Antes de ingresar, se hizo una profunda y sincera pregunta: “Señor, ¿qué deseas para mi vida?”.

Viajó a la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto 2002 y pudo ver a muchos jóvenes que, como ella, buscaban a Dios.

Lo que más le sorprendió fue ver a tantas religiosas jóvenes, así recordó su llamado a los 16 años.

“Fue a través de la purificación de mi corazón por el Señor, mediante la oración, confesión y los sacramentos de la Iglesia, lo que hizo que me abra a su Plan”, indicó. En el año 2003 ingresó a las Hermanas Franciscanas de la Renovación.

Puedes ver la entrevista en inglés en este video

 

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