¿Conoces a alguien que practique el espiritismo y te surge la pregunta si es posible que pueda convertirse y ser católico? Si es así, el Beato Bartolo Longo podría ayudarte.
El Catecismo de la Iglesia advierte los peligros del espiritismo.
"El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo" (CIC 2117).
En su vida universitaria, Bartolo Longo obedeció la moda de mediados del siglo XIX: espiritismo. De aficionado, pasó a ser médium y llegó a ser sacerdote espiritista. Además organizaba conferencias anticlericales y fomentaba el odio a la Iglesia.
Pero este mundo lo trató muy mal. Se enfermaba constantemente, y crecía en él una fobia a Dios que le carcomía.
Un día, no lo soportó más, y acudió a un sacerdote católico. Este lo llevó con el Padre Alberto Radente para asistirlo espiritualmente.
En el camino supo que su familia rezó constantemente por él. Y en 1865, en el día del Sagrado Corazón de Jesús, se confesó y volvió al amor de Dios.
Convertido, recuperó las fuerzas y fue un gran devoto. Sobre todo al Santo Rosario, consagrándose a la propagación de su rezo y devoción.
Así fue como en 1876 puso la primera piedra del Santuario de la Santísima Virgen del Rosario, iglesia que construyó gracias a amigos y aliados poderosos cristianos.
Murió el 1926, y sus últimas palabras fueron:
“Mi único deseo es ver a María, que me salvó y me salvará de las garras de Satanás”.
Pidamos la intercesión del beato por la conversión de nuestros hermanos católicos y amigos ateos que practican el espiritismo y esoterismo. Para que la Virgen María los salve y proteja como a él.