Desde que nacemos hasta que morimos la Señal de la Cruz marca nuestra vida cristiana. Pero, ¿Qué significado tiene? ¿Para qué la hacemos? ¿Cuándo debemos hacerla? En este artículo te contamos todo lo que siempre quisiste saber sobre este gesto, símbolo y oración cristiana. Sí, todo eso.

Hacia fines del siglo II y comienzos del siglo III Tertuliano decía:

En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz".

Este signo viene desde los primeros cristianos pero…

¿Qué es la Señal de la Cruz?

El padre Evaristo Sada nos cuenta que la Señal de la Cruz “es la oración básica del cristiano”. ¿Oración? Sí,  “tan breve y tan simple se resume todo el credo”.

La cruz, como todos sabemos, significa el triunfo de Cristo sobre el pecado; de modo que cuando nos santiguamos “estamos diciendo: Yo soy seguidor de Jesucristo, creo en Él, le pertenezco“. (Ver diferencia entre signarse y persignarse)

Como describe el padre Sada, al hacer la Señal de la Cruz pronunciando: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”, nos estamos comprometiendo a obrar en el nombre de Dios. “Quien actúa en el nombre de Dios está afirmando que tiene la certeza de que Dios le conoce, le acompaña, le sostiene y permanecerá siempre a su lado“, agrega el sacerdote.

Entre muchas cosas, este signo nos recuerda que Cristo murió por nosotros, es un testimonio de nuestra fe ante otros, nos sirve para pedir la protección de Jesús o para ofrecer a Dios nuestras pruebas diarias.

¿Cuándo es necesario o correcto hacerla?

Cualquier momento es buen momento para hacer la Señal de la Cruz, pero el padre Evaristo Sada nos da algunos buenos ejemplos.

  • Los sacramentos y los actos de oración comienzan y terminan con la señal de la cruz. También es buena costumbre persignarse antes de escuchar la Sagrada Escritura.
  • Al ofrecer el día al levantarte o cualquier actividad: una reunión, un proyecto, un partido.
  • Al agradecer a Dios un beneficio, la jornada que comienza, los alimentos, la primera venta del día, el salario o la cosecha.
  • Al encomendarse y ponerse en manos de Dios: cuando emprendes un viaje, cuando comienzas un partido de fútbol o un baño en el mar.
  • Al alabar a Dios y reconocer su presencia en un templo, en un acontecimiento, en una persona o un hermoso espectáculo de la naturaleza.
  • Al pedir la protección de la Trinidad ante el peligro, las tentaciones y las dificultades.

¿En qué otros momentos haces la Señal de la Cruz?

Este artículo fue publicado originalmente en la-oracion.com.

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