Ante una sociedad que pierde a Dios, que tiene su identidad cristiana destruida por ideologías, he aquí un fuerte testimonio de esposa y mujer: Chiara Corbella Petrillo.

El periodista y apologista inglés GK Chesterton afirmó que el santo es el antídoto de su tiempo, y Chiara ciertamente es un antídoto para ese tiempo dominado por las ideas feministas.

Chiara fue una mujer llena de coraje, disposición, alegría y de una juventud espiritual que dio testimonio a todos los que estaban a su alrededor.

Chiara conoció a su marido, Enrico Petrillo, en Medgujorge. Estaban acompañados por algunos frailes de la ciudad de Asís, y vivieron un discernimiento si era voluntad de Dios estar juntos. Finalmente Chiara y Enrico se casaron en el 2008.

Poco tiempo después Chiara quedó embarazada de María. Sin embargo, al hacer la ecografía, descubrió que su hija tenía anencefalia. La pareja siguió el embarazo hasta el final, dando un gran testimonio en defensa de la vida. Treinta minutos después de nacer, María falleció.

Después de María, la pareja tuvo la gracia de engendrar el segundo hijo, Davide. Así como en el embarazo anterior, aún al inicio de la gestación, se diagnosticó una deficiencia en el bebé.

Él no tenía las piernas y tenía mala formación visceral. Una vez más, haciendo la elección radical por la vida, Chiara y Enrico fueron hasta el final con el embarazo. Davide también falleció con pocos minutos de vida.

"En el matrimonio el Señor ha querido darnos unos hijos especiales: Maria Grazia Letizia y Davide Giovanni, pero nos ha pedido de acompañarlos sólo hasta sus nacimientos, nos ha permitido de abrazarlos, bautizarlos y ponerlos en las manos del Padre con una serenidad y gozo sorprendente", escribió Chiara.

Por tercera vez, Dios regaló a la pareja un embarazo. Era un niño, Francesco, y para la alegría de la pareja, era sano. Sin embargo, cerca de los 5 meses de gestación, Chiara descubrió una lesión en su lengua, y luego se le diagnosticó que tenía un cáncer.

Ante esa realidad, ella tenía dos opciones: hacía el tratamiento contra el cáncer que acabaría llevándolo a un aborto, o retrasaría el tratamiento para dar seguimiento al embarazo. Una vez más Chiara dio testimonio de coraje y eligió posponer el tratamiento para no poner en riesgo la vida de su hijo, aunque eso pusiera en riesgo su propia vida.

"Para la mayoría de los médicos, Francesco era solo un feto de siete meses y la que tenía ser salvada era yo. Pero yo no tenía ninguna intención de poner en riesgo la vida de Francesco en base a unas estadísticas por nada seguras que querían demostrarme que tenía que hacer nacer mi hijo prematuro para poderme operar", expresó la joven madre.

Francesco nació el 30 de mayo, Chiara inició el tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Pero el cáncer había avanzando, dañando pulmones, nodos linfáticos, hígado y su ojo derecho, el cual cubría con un parche.

Durante todo el tratamiento, lo que todos pudieron ver fue un fuerte testimonio de abandono y confianza en las manos de Dios, de alguien que sabe de la Providencia Divina.

En mayo del 2012, Chiara junto a su familia se encontraron con el Papa Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro.

El día 13 de junio de 2012, la joven madre falleció. El 21 de septiembre, se abrió el proceso de beatificación de la Sierva de Dios, Chiara Corbella Petrillo.

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