Mons. Domenico Sorrentino bendijo una nueva estatua de San Carlo Acutis en Asís, obra del artista canadiense Timothy Schmalz. La escultura, que se suma a la de San Francisco, recuerda que la vida del joven santo fue un testimonio de amor por la Eucaristía.
La ceremonia se realizó el viernes 5 de septiembre, tras la misa vespertina en la iglesia de Santa Maria Maggiore. Fieles, autoridades civiles y religiosos se congregaron en la entrada del Obispado para participar de este emotivo momento.

La imagen de bronce se encuentra en el complejo del Santuario della Spogliazione (Despojo), lugar donde reposan los restos de Carlo Acutis, conocido como el “influencer de la Eucaristía”.
La estatua lo representa con su característica mochila y zapatillas, sosteniendo el Santísimo Sacramento en la custodia, un gesto que expresa su profundo amor por Jesús Eucaristía.

Durante la bendición de la estatua, estuvieron presentes el rector del Santuario, padre Marco Gaballo; el alcalde de Asís, Valter Stoppini; y varios frailes capuchinos, entre ellos el padre Carlos Acácio Gonçalves Ferreira, antiguo rector del santuario.
Mons. Sorrentino, obispo de las diócesis de Asís – Nocera Umbra – Gualdo Tadino y de Foligno, destacó que la canonización de Carlo es “un hermoso momento que enriquece la gran historia”.
“Desde 2006 lo que está sucediendo aquí realmente sorprende. Yo mismo, que estuve involucrado desde el primer momento en esta historia de gracia, no dejo de ver cosas bellas y a veces me parece no creer a mis ojos. El Señor realmente ha mirado a esta su ciudad predilecta, Asís, esta ciudad bendecida por sus grandes santos, San Francisco y Santa Clara, y ha querido hacer florecer aquí una nueva planta, una flor que habla al mundo siguiendo las huellas de los dos santos que caracterizan Asís”.

El prelado recordó que en 2006, año en que llegó a Asís, comenzó a oír hablar de Carlo gracias a las personas que acudían al cementerio para visitar su tumba.
“Cuando llegué aquí ni siquiera había oído hablar de él. En 2006 yo llegaba y él moría. Comencé a escucharlo nombrar en el cementerio de Asís. Llegaban personas en busca de su tumba; luego un gran signo en la parroquia de Santa María la Mayor, que quise confiar a los Capuchinos en previsión de este Santuario, que en ese entonces no lograba imaginar tan hermoso e importante, y entonces tuve una gran señal”.

Sobre la estatua, el obispo señaló que es “digna de estar en este lugar junto a San Francisco”.
“Francisco es el gigante y Carlo, a su lado, es el niño: el niño que supo trepar a los hombros del gigante, porque así es la santidad. La santidad es ir siempre más alto y trepar a los hombros de los gigantes para llegar a Jesús”.
