Bruce, el pequeño bebé de Eric y Andrea Paul, nació con un gran problema al corazón que podría causar su muerte. Los padres buscaron toda ayuda médica y espiritual posible, y gracias a la intercesión de la Virgen María, la enfermedad desapareció.

En un artículo para National Catholic Register, la familia narró al escritor Joseph Pronechen este difícil momento que tuvieron que atravesar y cómo los ayudó a acercarse a la fe católica.

Cuando Bruce nació en septiembre de 2022, un ecocardiograma reveló que tenía un gran agujero en el corazón que requería cirugía.

Con solo 6 meses, el bebé fue operado en el Hospital de Niños C.S. Mott en Michigan (Estados Unidos), donde los médicos descubrieron un segundo agujero y daños en la válvula mitral. Bruce debía pasar otra operación a corazón abierto a los 6 o 7 años, o podría morir de insuficiencia cardíaca congestiva.

A un año de su nacimiento, el cuadro médico de Bruce no mostraba mejoras. Eric, que era protestante y desconfiaba de los católicos, empezó en ese momento a acercarse a la Iglesia Católica.

Gracias a algunos estudios personales, encontró el podcast “The Exorcist Files” del Padre Carlos Martins, que dirige el ministerio de evangelización “Treasures of the Church”, donde escuchó sobre las reliquias de los santos, especialmente del brazo de San Judas que viajaba por los Estados Unidos.

Eric, que estaba en la fuerza aérea, pidió a su esposa que viajara a Oklahoma y esperara la llegada de la reliquia a la ciudad. Sin embargo, era imposible para un bebé que había sido operado a corazón abierto moverse tantos kilómetros.

“Obviamente, Dios no tenía planeado que fuéramos a ver a San Judas”, dijo Eric. Pero tenía una “sensación persistente”, comentó, “como si estuviera llamado a hacer algo; sin palabras, sin visiones, nada espectacular, solo una sensación persistente”.

Fue entonces que la hermana de Andrea, Natalie Neff, le comentó sobre una estatua de Nuestra Señora de Beauraing, también conocida como la Virgen del Corazón de Oro, que se encontraba en Alaska.

Padre Madison Hayes bautizando a Bruce. Crédito: Cortesía de la Familia Paul y del Padre Madison Hayes.

El Padre Madison Hayes, que bautizó a Bruce, compartió la historia de esta imagen, que se encuentra en los terrenos de la iglesia católica St. Bernard en Talkeetna y fue una de varias realizadas en Minnesota en 1955, por el soldado estadounidense George Herter, quien se había casado con una mujer belga.

“Después de la guerra, su hijo estaba entre 70 niños que venían a Estados Unidos en barco. Todos los niños contrajeron tifus. Su madre, que tenía un trozo del árbol de espino de Beauraing (Bélgica), lo colocó bajo la almohada del niño. Él se sanó. Los otros niños murieron. En agradecimiento por la recuperación milagrosa de su hijo, Herter hizo las estatuas y colocó una astilla del árbol de espino de Nuestra Señora en cada una de las réplicas”.

Al conocer la historia, Eric decidió ir con toda la familia a visitar esa imagen. Junto a Andrea, Bruce, Natalie y Dalton, el mejor amigo de Eric, además de sus dos mascotas, emprendieron el viaje.

“María era un tema de gran controversia para mí porque, al crecer, los protestantes no veneran a María. La ven como una mujer bendita que fue un vehículo para la voluntad de Dios. Y eso es todo”, explicó Eric.

Pero, gracias a sus estudios sobre la fe católica, Eric no negaba la posibilidad de la intercesión de la Virgen y esperaba con fe este viaje.

La presencia de la Virgen María

“Como familia, nos arrodillamos frente a María y pedimos su intercesión y le contamos las circunstancias y cómo solo estábamos pidiendo a Cristo que nuestro pequeño estuviera bien y no tuviera que someterse a otra cirugía de corazón. Estaba orando fervientemente con el resto de la familia, de rodillas”.

“Bruce tocó el corazón de la estatua, y realmente podías sentir que ella estaba allí con nosotros. Eso ya fue un milagro en sí mismo”, señaló Andrea.

Eric agregó que no incitaron al bebé a tocar la imagen, sino que fue algo voluntario.

“No pusimos su mano en la imagen. Simplemente la tocó por un tiempo [largo] para un niño pequeño. Estaba fascinado con ese corazón. Se sentía como si ella estuviera de pie allí”.

Los perros también empezaron a actuar de manera singular. Uno de ellos se subió a la base de la estatua y se quedó mirando directamente a María, como hace cuando va a saludar a alguien.

Las mascotas de la familia Paul viendo con atención la imagen de la Virgen del Corazón de Oro. Crédito: Cortesía de la Familia Paul.
“Sabe lo que es una persona en comparación con una estatua. No salta sobre estatuas. Pensé, ‘¿Qué está pasando?’”, indicó Eric.
“Bear, nuestro perro mayor, actuó como si ella [Nuestra Señora] estuviera allí y le estuviera diciendo ‘Hola’”, señaló Andrea. “Sentí su presencia, y fue realmente milagroso. Obviamente, mi fe cambió en ese momento”.

Los perros empezaron a arrancar las plantas con espinas que estaban alrededor de la imagen, hasta que estuvo despejada. Sorprendentemente, sus bocas no estaban lastimadas.

“Concluimos que sabían que la Reina del Cielo y de la Tierra estaba presente”, relató Natalie.

Sin embargo, el regalo más grande que dejó la visita al santuario fue que el soplo cardíaco de Bruce desapareció.

Bruce tiene programado otro ecocardiograma en marzo del 2025, que será la prueba final de que su corazón está totalmente curado.

Andrea sabe que su bebé está sano, pero al mismo tiempo admite “ser como el apóstol Tomás” y está a la expectativa de ver el ecocardiograma el próximo año.

Bruce Paul actualmente. Crédito: Cortesía de la Familia Paul.

La familia se acercó a la fe católica

El Padre Hayes indicó que la Virgen del Corazón de Oro sigue trabajando para la conversión, y resaltó que para Eric “literalmente hizo falta un milagro para abrir su corazón a la verdad, belleza y bondad del catolicismo”. 

“La conversión está en el corazón de cada aparición de María. A Jesús, por María”, agregó. “Si la sanación física de Bruce es realmente un milagro, el milagro aún mayor es la sanación espiritual de su padre Eric y su ingreso en plena comunión con la Iglesia católica”.

Andre señaló que como familia se han acercado a María y dio un consejo a los padres que están enfrentando pruebas difíciles.

“Ambos usamos su escapulario. Hablamos de ella con frecuencia. Le rezamos. Siempre rezo el Padre Nuestro y Avemarías por la noche con Bruce. He rezado Rosarios. Necesito orar más. Definitivamente creo en la Madre María y su obra, así que no sé por qué fui escéptica al principio”.

“Definitivamente, con cada decisión, asegúrense de rezar primero. Definitivamente, tengan fe en el poder de Dios y en estas reliquias que son muy fuertes. Crean y tengan una fe firme en que Dios los cuidará”.
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