El Papa Francisco canonizó a 14 personas este domingo 20 de octubre.

Entre los nuevos santos se encuentran 11 mártires, un sacerdote italiano con corazón misionero, una hermana religiosa canadiense, y Santa Elena Guerra, también conocida como la “apóstol del Espíritu Santo”.

Santa Elena Guerra promovió la Coronilla del Espíritu Santo.

Nació en una familia noble en Lucca, Italia, en 1835. A los ocho años, recibió el sacramento de la confirmación y sintió una profunda devoción al Espíritu Santo. Después de su Primera Comunión, buscó recibir la Eucaristía a diario, algo poco común en su época.

Santa Elena también se benefició de asistir en secreto a las lecciones que su hermano recibía durante su formación sacerdotal. Estas lecciones le sirvieron posteriormente cuando enseñaba a jóvenes en Lucca como parte de su trabajo apostólico, entre las que se encontraba la conocida Santa Gemma Galgani.

Misa de Canonización de Santa Elena Guerra, junto con San Giuseppe Allamano, Santa Marie-Léonie Paradis y los 11 Mártires de Damasco. Créditos: Daniel Ibanez, EWTN.

En 1870, Santa Elena peregrinó con su padre a Roma, lo que llenó su corazón de deseos de vida religiosa, inspirada por su amor al Santísimo Sacramento y su ardiente devoción al Espíritu Santo. En 1882 fundó las Oblatas del Espíritu Santo.

Su correspondencia con el Papa León XIII, con quién incluso tuvo una audiencia privada, llevó a la composición de oraciones al Espíritu Santo, incluida la Coronilla al Espíritu Santo.

Inspirado y alentado por Santa Elena Guerra, el Papa León XIII animó a obispos y sacerdotes a difundir la devoción rezando la novena que precede a Pentecostés como preparación para la fiesta.

El 5 de mayo de 1895, el Papa León XIII emitió un documento instando a todos los obispos del mundo a hacer esta novena con la intención de que “los disidentes regresen a la verdadera Iglesia”.

Santa Elena creía firmemente que Pentecostés continúa en la vida de la Iglesia. En todo tiempo y lugar, “solo debemos disponernos como los Apóstoles para recibir al Espíritu, y Él vendrá a nosotros como lo hizo con ellos”.

Vitral del Espíritu Santo en la Basílica de San Pedro. Créditos: Jacob Stein, Crux Stationalis.

Santa Elena Guerra, “La apóstol del Espíritu Santo de los tiempos modernos”, compuso las siguientes invocaciones para pedir al Espíritu Santo la gracia de un nuevo Pentecostés para renovar la faz de la tierra.

Cómo rezar la Coronilla del Espíritu Santo de Santa Elena Guerra

Oración inicial:

— Dios mío, ven en mi auxilio. 
— Señor, date prisa en socorrerme. 
— Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

La coronilla consta de siete septetos, es decir, siete cuentas en lugar de las diez que tiene un denario.

En cada una de las siete cuentas se dice la siguiente oración:

"Padre Santo, en el nombre de Jesús, manda tu Espíritu para renovar el mundo".

Luego, concluye cada septeto con:

"Oh María, que por la obra del Espíritu Santo, concebiste al Salvador, ruega por nosotros".

Los siete misterios invocando los siete dones del Espíritu Santo 

1- Ven, Espíritu de Sabiduría, desapéganos de las cosas de la tierra e infunde en nosotros el amor y el gusto por las cosas del Cielo.

2- Ven, Espíritu de Entendimiento, ilumina nuestra mente con la luz de Tu Eterna verdad y enriquécela de santos pensamientos.

3- Ven, Espíritu de Consejo, haznos dóciles a tus inspiraciones y guíanos en la vía de la salvación.

4- Ven, Espíritu de Fortaleza, y danos la fuerza, constancia y victoria en las batallas contra nuestros enemigos espirituales.

5- Ven, Espíritu de Ciencia, sé el Maestro de nuestras almas y ayúdanos a poner en práctica tus enseñanzas.

6- Ven, Espíritu de Piedad, ven a habitar en nuestros corazones para poseer y santificar todos nuestros afectos.

7- Ven, Espíritu de Temor de Dios, reina sobre nuestra voluntad y haz que estemos siempre dispuestos a sufrir todos los males antes que pecar.

Invocación a María:

Oh Purísima Virgen María, que en tu inmaculada concepción fuiste hecha por el Espíritu Santo Tabernáculo escogido de la Divinidad.
Ruega por nosotros.

Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra.
Dios te salve, María...

Oh Purísima Virgen María, que en el misterio de la encarnación fuiste hecha por el Espíritu Santo verdadera Madre de Dios, ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.

Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra.
Dios te salve, María...

Oh Purísima Virgen María, que estando en oración con los Apóstoles, en el Cenáculo fuiste inundada por el Espíritu Santo.
Ruega por nosotros.

Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra.
Dios te salve, María...

Oremos:

Envía tu Espíritu, Señor, y transforma nuestro interior con tus dones. Crea en nosotros un nuevo corazón para que podamos agradarte y conformanos a tu voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

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