Al Beato Carlo Acutis, la Eucaristía lo acompañó hasta la muerte y en ella encontró consuelo durante los último tres días de su vida. Luego de enterarse de la leucemia fulminante que padecía, el joven beato se preparó para su encuentro con el Señor. Así lo relatan el sacerdote y el médico que lo asistieron.

Este 13 de octubre, en un encuentro organizado por la Diócesis de Asís-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, el capellán P. Sandro Villa y los médicos Andrea Biondi y Momcilo Jankovic dieron su testimonio de los últimos momentos de Carlo.

Así fueron los últimos días del beato Carlo Acutis antes de fallecer

Carlo y su amor por los sacramentos

“En 2006, en un día de octubre, conocí a Carlo, que ya presagiaba su muerte. Fui llamado para administrarle los sacramentos de la Unción de los enfermos y la Eucaristía”, cuenta el padre Villa.

“En una habitación, al fondo del pasillo, me encontré delante de un muchacho. Me sorprendió su rostro pálido pero sereno, impensable en un enfermo grave, especialmente adolescente. Quedé maravillado por su compostura y por la devoción con la cual, también con fatiga, recibió los dos sacramentos”, comenta.

“La madre me acompañó fuera de la estancia, tenía el rostro cansado, transformado por la tragedia que se estaba abatiendo sobre su familia. Con decisión me dijo: ‘Lo harán santo’. No me pareció el momento de profundizar en esa afirmación. Pensaba en un muchacho valiente, bueno, que frecuentaba el oratorio y que era asiduo a los sacramentos, que rezaba, puntual en sus deberes como hijo y como estudiante”.

“Mi vida se había cruzado con la suya: un encuentro pensado por Dios desde la eternidad. ¿Quería el Señor decirme algo? (…) Descubrí que era un enamorado de Jesús presente en la Eucaristía y comencé a comprender alguna de sus palabras”, reconoció el sacerdote.

La muerte santa que conmovió a los médicos

Los médicos de Carlo Acutis en la Clínica Pediátrica y Centro de Hematología Pediátrica del Hospital San Gerardo de Monza también contaron su testimonio.

“Fue como un meteorito, con un paso rápido por nuestra planta: la leucemia se lo llevó antes incluso de que pudiésemos conocerlo un poco bien”, narran los médicos.

Se transparentaba en él esa fe suya en Dios que había querido, y que todavía quería, transmitir a los demás, a su prójimo, atónito frente a la batalla que estaba perdiendo. Su mirada dulce, incluso en medio de su drama, nos enseñó mucho: la vida, por breve o larga que sea, se vive hasta el fondo intensamente por sí misma, pero también, y sobre todo, para los demás”.

Y agregaron conmovidos: “Su fe, basada en el amor, y su mirada puesta en la libertad y la justicia, nos ha abierto el camino hacia una nueva vida”.

¡Qué relato hermoso! “Estoy feliz de morir porque he vivido mi vida sin perder un minuto en aquellas cosas que no agradan a Dios”, dijo el Beato Carlo Acutis. ¡Aprendamos de su santa muerte a anhelar el encuentro con Jesús!

¡Beato Carlo Acutis, ruega por nosotros!

Este artículo fue publicado originalmente en ACI Prensa.

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