Hace mucho tiempo, en el siglo XIX, un misionero anglicano encontró en las ruinas de la ciudad bíblica de Dibon en Moab (hoy Jordania), una piedra con inscripciones. Desde entonces la han llamado la “Estela de Mesa” y se la ha estudiado a profundidad.
Entre el 2018 y el 2019, después de muchos años de exploración, se dieron descubrimientos asombrosos debido a nuevas fotografías de la tabla de piedra. Como por ejemplo, que existirían indicios de que un personaje bíblico, que se consideraba mito, en verdad pudo haber existido.
El descubrimiento
Según el diario RT, fueron el arqueólogo Israel Finkelstein, el historiador Nadav Na’aman, ambos de la Universidad de Tel Aviv (Israel), y el biblista Thomas Römer, de la Uni versidad de Lausana (Francia), los que dieron los nuevos hallazgos y los publicaron en la revista The Journal of the Institute of Archaeology.
“Los autores estudiaron nuevas fotografías de alta resolución de esa impresión y de la estela en sí. Estas nuevas imágenes dejaron en claro que hay tres consonantes en el nombre del monarca mencionado en la Línea 31, y que la primera es la letra hebrea ‘bet’ (un sonido ‘b’)”, escribió el diario.
“Mientras que las otras letras están erosionadas, el ‘candidato’ más probable para el nombre del monarca es ‘Balac’, de acuerdo con los expertos”, prosiguió.
¿Quién fue el rey Balac?
El diario N+1 lo recordó brevemente:
“En la biblia, el libro Números habla sobre el rey Balac, como lo llaman en la traducción sinodal del Antiguo Testamento. En ella, el rey, en particular, exigió que el profeta Balaam maldijera al pueblo de Israel”.
Él fue uno de los enemigos del Pueblo de Dios, un hombre que quiso corromper al profeta Balaam para atentar contra Israel pidiéndole que lo maldiga. Sin embargo, Dios le decía al profeta que se mantenga firme y bendiga a su pueblo. Balaq no pudo lograr su cometido y expulsó al profeta (Número 22 y 23).
¿Por qué se tardaron tanto en descubrirlo?
Si contamos la cantidad de años entre el descubrimiento de la piedra y la actualidad, puede haber un mínimo de 100 años de estudios y preguntas ¿Por qué tanto?
Según N+1, cuando Frederick Klein, el misionero anglicano, encontró la tabla, lo hizo en una tribu de beduinos en Palestina. Él se las quería comprar, y estos estaban dispuestos a hacerlo pero a un muy alto precio.
Entre las pruebas y observaciones que se hicieron a la piedra, un mensajero de los compradores hizo una copia en papel maché de la tabla de manera irregular. Esto hizo estallar a los nativos en cólera y rompieron la piedra en más de 50 partes.
Todo este tiempo se intentó recobrar todos los pedazos, que solo pudieron encontrar ⅔ de la placa, reconstruirla según la copia del papel maché y estudiarla.