La pereza no solo influye en nuestras tareas diarias, también puede convertirse en un serio obstáculo para la vida espiritual. Para combatirla, las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús compartieron 7 consejos que ayudan a vencer esta tentación.

En una publicación en su cuenta de Instagram, las monjas recopilaron algunos consejos del Obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, sobre cómo lograr vencer la pereza y crecer en el amor a Dios.

1) Desenmascara lo que pueda haber detrás de la pereza

Detrás de la pereza se esconde la acedía, que es esa tristeza interior de no gozar de los dones de Dios, ese no poner tu corazón en Dios.

Modo de combatir

Ponernos en presencia de Dios y gozar de ello y recibir el don de la conversión. Mira a ver donde está puesto tu corazón.

2) Sé responsable en el descanso

No confundir la pereza con el cansancio. Que el cansancio no sea una excusa.

Modo de combatir

Comprender que es un deber descansar bien porque tus fuerzas son de Dios. No las malgastes durmiendo mal. Guardar “como oro en paño” ese tiempo de descanso que Dios me da.

3) Establece metas y fija prioridades

Si estás paralizado por todas las cosas que tienes que hacer, al final no haces ninguna.

Estrategia

Tener un cuadernillo y un bolígrafo en el bolsillo. Sentarse e ir anotando lo urgente, lo importante y ¡hacerlo! No dejar las cosas importantes para después.

4) Cuida el orden y el orden cuidará de ti

La pereza suele verse rodeada de un cierto caos.

Consejo

Cuando uno tiende al desorden es muy práctico darse un paseo de una hora. En esa hora respiras, mueves el cuerpo, te vienen ideas, vas pensando, anotas ideas…

5) Simplifica, elimina distracciones

Elimina distracciones, no hagas dos cosas a la vez. Las cosas son bastante más sencillas, somos nosotros las que la liamos.

6) Acción con inspiración eucarística

¿Cómo dar ese paso a la acción cuando uno está atrapado por la pereza? La entrega de Cristo en la Eucaristía tiene que inspirar nuestra entrega en cada momento. Es bueno poner una intención y dar nuestro sacrificio por algo o alguien en particular, por ejemplo, decir: “lo ofrezco por mi vecino que está hecho polvo”.

7) Disfruta del paso que has dado

La pereza genera desánimo y baja autoestima, pero cada pequeño avance es un motivo para dar gloria a Dios. Reconoce la gracia recibida y pide siempre a Jesús la perseverancia para continuar.

Las monjas señalan que no es necesario luchar solo, sino que hay que pedir a Jesús la gracia de la perseverancia.

“Recuerda: El mejor momento para empezar es ahora. Rezamos por ti”, concluyeron.
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