En los últimos tres años, desarrollé una devoción especial a Nuestra Señora de los Dolores, un amor por esta advocación que comenzó después de descubrir el poder sobrenatural de su intercesión.
En mi día a día, rezaba el Rosario y pedía la intercesión de Santa Teresita de Lisieux, ambas devociones muy poderosas. (¡Reza tu rosario diariamente, como lo pide Nuestra Señora!)
Mi devoción empezó cuando descubrí su poder para cambiar corazones endurecidos. A veces, es inmediato. Otras veces, simplemente espero a que ella conceda mis peticiones. Sin embargo, según ella misma ha revelado, nunca rompe una promesa.
De esta manera, Nuestra Señora de los Dolores me ha concedido gracia, consuelo, fuerza y, lo que creo, son milagros en mi vida diaria.
1. Da alegría y reconforta en el sufrimiento
Es difícil de explicar, pero cuando pido la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores, especialmente en el Rosario de los Siete Dolores, ella me concede la gracia de la alegría. Al terminar esta oración meditativa, me siento más fuerte y capaz de enfrentar las dificultades de la vida diaria.
Incluso cuando experimento tristeza y rezo por su ayuda, de alguna manera me concede alegría a través de su dolor.
Nuestra Señora promete que, a través de esta devoción, ella nos consolará en nuestras penas. Realmente creo que esta gracia reconfortante es la manera en la que Cristo nos dice que nunca nos abandonará y que la verdadera alegría reside en descansar en Él.
Unir nuestros sufrimientos a Cristo y meditar en los sufrimientos de Su Madre le complace, ya que estamos llamados a emular a Cristo en y a través de nuestros propios sufrimientos.
“Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo les daré descanso”. (Mateo 11:28)
2. Concede milagros
La primera vez que comencé a abrazar la devoción a los Siete Dolores, mi esposo y yo acabábamos de regresar a la ciudad donde nací.
No podíamos encontrar un lugar para vivir. En todas partes a las que íbamos, cada casa que intentábamos comprar fracasaba. Experiencias pasadas en mi ciudad natal me habían herido profundamente, lo que hizo que mi esposo se negara a vivir allí.
Sintiéndome perdida y desesperada, me volví a Nuestra Señora de los Dolores ante el Santísimo Sacramento. Le pedí que pusiera en el corazón de mi esposo la voluntad del Señor para nuestra familia, que le revelara dónde Dios nos llamaba a vivir.
En 20 minutos, antes de siquiera salir de la capilla, mi esposo me llamó y preguntó si podríamos ver una casa en mi ciudad natal.
Nunca oré por esto, pero Nuestra Señora de los Dolores conformó el corazón de mi esposo a la voluntad de Dios sin que yo siquiera lo pidiera. El resto es historia.
Este es solo uno de los muchos milagros diarios de la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores.
3. Me acerca a Jesús
Cuando rezo y medito en el sufrimiento de Nuestra Señora, ella me concede la gracia de amar más a Jesús. Me acerca a la Eucaristía, me da el deseo de rezar y asistir a Misa con la mayor frecuencia posible, y me concede la gracia de amarlo, especialmente en mis pruebas.
Amo mi fe y con más fervor los sacramentos, especialmente desde que comencé la devoción a la Madre Dolorosa.
4. Me ayuda en mi Vocación de esposa y madre
Me casé con mi esposo hace casi 12 años y tenemos dos hijos. La vocación del matrimonio y la maternidad no siempre es fácil y requiere mucha gracia.
Cuando pido la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores, ella me da la gracia de la templanza. Como madres, es fácil enojarse o impacientarse. Nuestra Señora me concede la gracia de la paciencia y la dulzura cuando siento la necesidad de gritar a mis hijos.
Ella dice en mi corazón: “Sé gentil y paciente, como yo soy gentil y paciente”.
5. Me acompaña en mi trabajo
Nuestra Señora de los Dolores promete que acompañará a sus devotos en su trabajo. Esto es definitivamente cierto. Desde que abracé esta devoción, he notado la mano de Nuestra Señora en todo el trabajo que llevo a cabo durante el día.
6. Me ayuda a crecer en virtud
La devoción a Nuestra Señora de los Dolores me ayuda a crecer en virtud. Ella me ayuda a desear una mayor paciencia, humildad, templanza y amabilidad. Me ayuda a superar mis faltas. Me ayuda a desear los sacramentos, lo que me da la gracia de desear y llevar a cabo estas virtudes.
Te animo a recurrir a Nuestra Señora de los Dolores en tus necesidades diarias. No te decepcionará.
Nuestra Madre Dolorosa nunca rompe sus promesas.