¡La festividad de Santo Tomás de Aquino es el 28 de enero!
Este poderoso santo y doctor de la Iglesia nos dejó una cantidad excepcional de conocimiento que nos ayuda hasta la actualidad.
Sus escritos incluyen formas de demostrar la existencia de Dios, una guía integral sobre vicios y virtudes, e incluso consejos de estilo de vida que podemos usar regularmente o recomendar a un amigo que enfrente dificultades.
En una de sus obras más destacadas, "Summa Theologiae" (Suma teológica), proporcionó cinco poderosos remedios para superar la tristeza (consultar "Summa Theologiae", I-II, q. 38).
Matt Fradd, conductor del podcast "Pints with Aquinas", habló extensamente sobre este tema en su libro "Cómo ser feliz: El secreto de Santo Tomás para una buena vida".
"No importa cuán bien estemos, cuán ricos seamos, o cuántos buenos amigos tengamos, o incluso cuán santos seamos, todos experimentaremos tristeza en esta vida", explicó Fradd en un artículo para el Christendom College.
El conductor continuó con una explicación de los pesares que Santo Tomás de Aquino detalló en sus escritos.
"Aquino, siguiendo a San Juan Damasceno, enumera la lastima, ansiedad, envidia y letargo, como especies de tristeza."
Fradd también explicó por qué los remedios presentados por Aquino son tan importantes y a menudo contraculturales.
"Para contrarrestar estos pesares, Aquino recomienda cinco tratamientos que nos impiden atacar destructivamente nuestro interior. Nos orientan hacia algún bien que podemos perseguir, llevándonos alivio y eventualmente, un retorno a la felicidad."
¡La próxima vez que caigas en la tristeza, prueba una de estas resoluciones!
5 Remedios de Santo Tomás de Aquino para la Tristeza
1. Disfruta de algo que te gusta.
2. Permítete llorar.
3. Comparte tu tristeza con un amigo.
4. Contempla la verdad.
5. Descansa y báñate.
Oración de Santo Tomás de Aquino:
Concédeme, Señor Dios mío, una mente para conocerte, un corazón para buscarte, sabiduría para encontrarte, una conducta agradable a Ti, una perseverancia fiel en la espera de Ti y una esperanza de abrazarte finalmente. Amén.
¡Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros!