¡Santa Teresa de Calcuta es una hermosa inspiración para todos nosotros! Esta gran santa tuvo muchas oraciones favoritas, incluyendo el Santo Rosario , las Estaciones de la Cruz, la Letanía de Loreto y la Letanía al Sagrado Corazón de Jesús.
Según el sitio web oficial de las Misioneras de la Caridad , la Madre Teresa también amaba otro conjunto de oraciones más cortas.
Estas son algunas de la oraciones favoritas de la Madre Teresa de Calcuta:
Irradiando a Cristo
(Escrito por el Bl. Cardenal John Henry Newman)
Querido Jesús, ayúdanos a difundir tu fragancia donde quiera que vayamos.
Inunda nuestras almas con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo nuestro ser tan completamente
que nuestras vidas solo pueden ser un resplandor tuyo.
Brilla a través de nosotros y sé tan en nosotros
que cada alma con la que entremos en contacto
pueda sentir Tu presencia en nuestras almas.
¡Que miren hacia arriba y ya no nos vean a nosotros, sino a Jesús!
Quédate con nosotros y luego comenzaremos a brillar como Tú brillas,
para brillar y ser una luz para los demás.
La luz, oh Jesús, será todo de ti; nada de eso será nuestro.
Serás tú, brillando sobre los demás a través de nosotros.
Permítenos alabarlo de la forma en que ama más, al alumbrar a quienes nos rodean.
Permítenos predicarle sin predicar, no con palabras sino con el ejemplo,
con la fuerza de captura, la influencia comprensiva de lo que hacemos,
la plenitud evidente del amor que nuestros corazones sienten por usted.
Amén.
Oración de paz de San Francisco de Asís
Señor, hazme un canal de tu paz, para que
donde haya odio, pueda traer amor;
donde hay error, puedo traer el espíritu de perdón
donde hay discordia, puedo traer armonía;
donde hay error, puedo traer la verdad;
donde hay dudas, puedo traer fe;
donde hay desesperación, puedo traer esperanza;
donde hay sombras, puedo traer luz;
donde hay tristeza, puedo traer alegría.
Señor, concédeme que busque más
consolar que ser consolado;
entender que ser entendido;
amar que ser amado;
Porque es olvidándose de uno mismo cuando uno encuentra;
Es perdonando que uno es perdonado;
Al morir, uno se despierta a la vida eterna.
Amén.
Haznos dignos, señor
(Escrito por el Papa San Pablo VI)
Haznos dignos, Señor, para servir a nuestros semejantes en
todo el mundo que viven y mueren en la pobreza y el hambre.
Dales a través de nuestras manos, este día su pan de cada día,
y con nuestro amor comprensivo, dales paz y alegría.
Amén.
Memorare
(Escrito por San Bernardo de Claraval)
Recuerda, oh muy amable Virgen María,
que nunca se supo
que alguien que huyó a tu protección,
imploró tu ayuda o buscó tu intercesión, se quedó sin ayuda.
Inspirados con esta confianza,
volamos hacia ti,
oh Virgen de las vírgenes, nuestra Madre;
a ti venimos, ante ti estamos pecaminosos y tristes;
Oh Madre de la Palabra Encarnada,
no desprecies nuestras peticiones,
sino en tu clemencia,
escúchanos y respóndenos.
Amén.
Anima Christi
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriagame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, fortaléceme.
Oh buen Jesús, escúchame.
Dentro de tus heridas, escóndeme.
Déjame que no me separe de ti.
Del enemigo malicioso, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y pídeme que venga a Ti para
que con Tus Santos pueda alabarte por los
siglos de los siglos.
Amén.
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