Edith Stein, quien tomó el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz cuando ingresó a la orden de las Carmelitas Descalzas, nació en Breslavia (hoy Polonia) el 12 de octubre de 1891, y murió en el campo de concentración de Auschwitz, el 9 de agosto de 1942. 

Nació en el seno de una familia judía y se hizo religiosa tras convertirse al catolicismo. Esta santa ha sido reconocida por ser una gran filósofa, mística y mártir. Su vida transcurrió en uno de los momentos más difíciles de la historia de la humanidad y estuvo marcada por la constante búsqueda del conocimiento y de la verdad.

"Nos inclinamos profundamente ante el testimonio de la vida y la muerte de Edith Stein, hija extraordinaria de Israel e hija al mismo tiempo del Carmelo, sor Teresa Benedicta de la Cruz; una personalidad que reúne en su rica vida una síntesis dramática de nuestro siglo. La síntesis de una historia llena de heridas profundas que siguen doliendo aún hoy...; síntesis al mismo tiempo de la verdad plena sobre el hombre, en un corazón que estuvo inquieto e insatisfecho hasta que encontró descanso en Dios" (San Juan Pablo II).

En su honor, queremos contarte seis cosas que quizá no conocías de su vida:

1. Fue la primera mujer en traducir al alemán las obras completas de Santo Tomás de Aquino:

Aunque hoy se la recuerda principalmente como mística y mártir, Edith Stein fue una gran filósofa. Fue discípula de Edmund Husserl (padre de la fenomenología) y, como experta en filosofía escolástica, realizó la primera traducción completa de la obra latina "Quaestiones disputatae de veritate" de Tomás de Aquino al alemán.

2. Era atea antes de convertirse al catolicismo:

Nacida en una familia judía practicante, Edith Stein perdió la fe en Dios en su adolescencia y se declaró atea durante años. Su conversión al catolicismo fue radical tras leer la autobiografía de Santa Teresa de Ávila durante unas vacaciones en casa de unos amigos.

3. Intentó ser profesora universitaria, pero fue rechazada por ser mujer y judía:

A pesar de ser brillante académicamente, fue rechazada para ocupar cátedras universitarias en Alemania, incluso antes del régimen nazi: por ser mujer y ser judía. Luego cuando se prohibió rotundamente la enseñanza, debido a la llegada de Hitler al poder, la asociación de maestros católicos siguió pagándole una beca y le dio espacio para enseñar en instituciones católicas femeninas.

4. Tuvo una gran influencia en la Teología femenina:

Antes de su conversión apoyó varias causas feministas, pero desde que abrazó la fe, se dió cuenta que no era suficiente: era necesario desarrollar una teología de la mujer y se dedicó a ello mediante numerosas conferencias en toda Alemania. Esta teología para las mujeres, que era prácticamente inexistente en la educación católica, fue desarrollada posteriormente por San Juan Pablo II en la carta apostólica “Mulieris Dignitatem”, inspirada en las reflexiones de Edith.

5. Pidió una audiencia al Papa Pío XI para que interviniera contra el antisemitismo nazi:

En 1933 escribió una carta directa al Papa suplicando que la Iglesia condenara públicamente la persecución nazi contra los judíos. Aunque no consiguió audiencia personal debido a la muerte de Pío XI, su carta es uno de los documentos más conmovedores y premonitorios de los horrores por venir. 

6. Ofreció su vida como sacrificio por la paz y la conversión de su pueblo:

Incluso antes de ser arrestada por los nazis, Edith había ofrecido su vida a Dios como un acto de reparación y redención por el pueblo judío, en el contexto del creciente horror del Holocausto. Fue arrestada, junto a los judíos de religión católica, en represalia por una carta de los obispos holandeses que condenaba el antisemitismo, y murió en la cámara de gas en Auschwitz, en 1942. Con su beatificación y posterior canonización, la Iglesia Católica honraba, como dijo el Papa San Juan Pablo II:

"Una hija de Israel, que durante las persecuciones de los nazis permaneció unida en la fe y el amor al Señor Crucificado, Jesucristo, como católica, y con su pueblo, como una judía".
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