Ante las dificultades de los fieles para asistir a Misa, estos sacerdotes idearon la forma de llevar la Eucaristía a las personas que no pueden asistir los domingos a una iglesia.

El “Padre Tocino” en Europa

Werenfried van Straaten es el verdadero nombre del sacerdote conocido como el “Padre Tocino”. Proveniente de los Países Bajos, el Padre Werenfried vivió las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial.

Ante el hambre y las necesidades de las personas, él organizó proyectos para ayudar a 14 millones de las víctimas, de las cuales 6 millones eran católicos.

No solo se preocupó por repartirles comida -de ahí el sobrenombre de Padre Tocino-, sino también de su salud espiritual. Así fundó los “vehículos de Dios”.

Recolectó 28 buses y los remodeló para convertirlos en “capillas rodantes”. Se estima que 169 sacerdotes lo ayudaron a llevar la Misa a las víctimas de la guerra en el centro de Europa.

Un franciscano en Argentina

El fraile franciscano italiano Pascual Di Saverio tuvo una iniciativa similar en Argentina, donde sirvió como sacerdote desde su juventud.

En el año 2000 tuvo la idea de construir la capilla rodante, en el 2007 logró reunir todos los materiales y dos años después hizo realidad su proyecto.

Así narró su aventura a la Revista Digital Familia Cristiana:

“Una noche, después de juntar materiales viejos, tuve una especie de inspiración y me detuve a pensar. Me pregunté: ¿por qué para Dios siempre las cosas tienen que ser viejas? Al día siguiente fui a ver a un metalúrgico de Puán y le pedí que todo en adelante fuera nuevo, desde el primer tornillo hasta lo último… y él se empeñó en hacer todo nuevo para nosotros y gratis. Una vez que estaba en marcha la propuesta de hacer todo nuevo, la gente entusiasmada colaboraba, con una ventana… con lo que podía”.

La “Tienda del Encuentro” en Colombia

El sacerdote colombiano Juan Felipe Escobar sirve a los ciudadanos de Medellín, Colombia desde el 2005.

Tuvo la idea de crear una capilla rodante para poder llevar la Eucaristía a diferentes indigentes en Medellín.

Desde el 2017 el padre lleva la capilla todos los martes a diferentes zonas de Medellín, y a los más necesitados les ofrece ropa y comida.

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