Una joven quería quitarse la vida y decidió ir a confesarse antes de hacerlo. Sin embargo, algo ocurrió en la iglesia frente al Sagrario que transformó su corazón y le reveló el amor de Dios.

Mons. Héctor Pérez Villarreal, obispo auxiliar de México, visitó la Parroquia María Reina de la Paz, Ciudad de México. Allí, frente a unos jóvenes que se preparaban para tomar la Confirmación, contó esta conmovedora historia.

Se confesó para ir a quitarse la vida, pero algo ocurrió frente al Sagrario

Aquí puedes ver el video con el relato de la historia

Mons. Héctor Pérez Villarreal cuenta que un domingo, al terminar la misa de las 6 pm, una joven de 18 años se acercó a él y le dijo que quería confesarse. El obispo accedió, y durante la confesión, la joven le dijo: “me vengo a confesar porque me voy a ir a suicidar“.

“¿Por qué te quieres suicidar?”, le preguntó el prelado. La joven contestó: “es que ya no le importo a nadie. He hecho cosas tan feas, que estoy segura que cuando mis papás sepan, no me van a querer”.

Entonces, el obispo intentó convencerla de que Dios la amaba y que sus padres la iban a amar, que tuviera confianza. Estuvo hablando con ella durante una hora y ella le dijo: “Deme la absolución que ya me voy a ir a suicidar“. Pero el prelado le dijo que no podía darle la absolución, porque solo puede absolver los pecados de los que uno se arrepiente y ella no estaba arrepentida. Al escuchar eso, la joven se enojó.

“¡Me tiene que dar la absolución!”, gritó la joven. “No”, replicó el obispo, “no, porque te amo, porque Dios te ama“, le contestó.

Ya eran las 8 pm y el obispo debía celebrar otra misa. Entonces, viendo la obstinación de la joven, el obispo le dijo que fuera a la capilla donde se encontraba el sagrario. “Si cuando regrese, estás en la capilla, significa que quieres la absolución y te arrepentiste de querer suicidarte“, subrayó.

El obispo fue a celebrar la misa, y rezó toda la celebración para que la virgen la cuidara. Después de la misa, regresó a la capilla donde se encontraba el sagrario, y no estaba.

Entonces el obispo pensó que había ocurrido lo peor y se dirigió nuevamente triste hacia el templo. Pero ella estaba sentada allí. Se acercó y le preguntó a la joven, “¿qué pasó?“.

La joven explicó: “Pues mire, me metí en la capilla y me aburrí, y me fui a fumar un cigarro. Y después, algo me hizo regresar a la capilla -obviamente era la Virgen, acota el obispo.  Y regresé y había una señora llorando porque se había muerto su hijo. En ese momento entendí que mi mamá iba a llorar mucho si yo me mataba. Y entendí que ella sí me iba a querer”.

Así contaba esta conmovedora historia el obispo a estos jóvenes y los invitó a reflexionar: “¿Se fijan lo importante que es saber que alguien te quiere? Sus papás darían la vida por ustedes como Dios lo hizo. Por eso es importante la pregunta… ¿Creen que Dios los ama? Porque si lo creen van a poder sobrevivir a cualquier cosa“.

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