La Iglesia, Madre y Maestra, nos regala fechas especiales de indulgencia plenaria como Fin de Año y Año Nuevo. De esta manera, a través de la Misericordia de Dios podemos aprovechar una fecha simbólica para renovar nuestra fe.

Una indulgencia plenaria es la remisión de la pena temporal por los pecados que nos han sido perdonados en culpa.

Los requisitos para acceder a la indulgencia por Fin de Año y Año Nuevo son cumplir, en principio, con las condiciones habituales de cualquier indulgencia plenaria:

  • Confesión sacramental
  • Comunión eucarística
  • Oración por las intenciones del Papa

Así puedes obtener una indulgencia plenaria en Fin de Año y Año Nuevo

Para obtener una indulgencia plenaria en ocasión de Fin de Año y Año Nuevo debes rezar el Te Deum en una iglesia.

La disposición de espíritu correcta es agradecer a Dios por acompañarnos durante todo el año que se ha ido y pedirle que nos ilumine y guíe en el año que comienza.

Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

¡Así puedes obtener una indulgencia plenaria en Fin de Año o Año Nuevo!

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