El día de ayer, una parroquia de Brasil sufrió una gravísima profanación que ofendió las Sagradas Especies y  destruyó diversos objetos consagrados. Incluso, los profanadores dejaron un cuchillo clavado en el medio del altar.

El triste acontecimiento ocurrió en la madrugada del día jueves 17 de junio en la Parroquia Cristo Redentor, en Itaquaquecetuba, en las cercanías de San Pablo.

El padre Wally Soares informó la gravísima profanación ocurrida en la iglesia a través del Facebook de la parroquia.

 

El comunicado dice:

Con profunda tristeza les comunico que la Comunidad Nuestra Señora Aparecida (CAPELITA) de nuestra amada Parroquia Cristo Redentor en Itaquaquecetuba, Diócesis de Mogi das Cruces SP, fue esta madrugada invadida y profanada.
Un cuchillo fue clavado en el centro del altar y el sagrario roto y las partículas consagradas mordidas, pisadas y esparcidas por el suelo.
Dios tenga misericordia.
Comunicaré al Obispo Diocesano y a las autoridades militares.
Oremos por la comunidad Nuestra Señora Aparecida, por nuestra parroquia y por aquellos que han cometido tal sacrilegio.
Dios los bendiga a todos
Padre Wally Soares”

A raíz de la aberrante profanación de las Sagradas Especies, la parroquia realizará una Misa de desagravio el día 19 de junio.

Aquí puedes ver la imágenes de esta terrible profanación

Créditos: Paróquia Cristo Redentor vía Facebook.

Créditos: Paróquia Cristo Redentor vía Facebook.

Créditos: Paróquia Cristo Redentor vía Facebook.

Créditos: Paróquia Cristo Redentor vía Facebook.

El delito de profanación de las Sagradas Especies

La profanación de la Eucaristía constituye una gravísima ofensa al Primer Mandamiento: “Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto”.

En este sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica establece que “el sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente”. (CIC 2120)

El Código de Derecho Canónico establece en su Canon 1376 que “quien profana una cosa sagrada, mueble o inmueble, debe ser castigado con una pena justa“. En este caso, por tratarse de las especies consagradas, la pena es grave. El Canon 1367 prevee que “quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica”. El objetivo de la excomunión es forzar al arrepentimiento.

¡Oremos en reparación por esta profanación de la Eucaristía!

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