El uso de la lengua, el habla, puede ser un instrumento de bendición o de maldición. Hablando podemos expresar la verdad, el amor o hacer e bien; pero también herir, injuriar, mentir o blasfemar.

Jesús mismo nos dijo “Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella” (Mt 15, 11). Esto nos muestra lo atentos que demos estar a cómo utilizamos nuestra lengua día a día.

En un artículo escrito para el blog de la Arquidiócesis de Washington, Estados Unidos, Monseñor Charles Pope nos cuenta los 10 pecados del habla que quizás no conocías y están en La Biblia.

10 pecados del habla rechazados por Dios en La Biblia que debes evitar

1. La lengua mentirosa: hablar cosas falsas con la intención de engañar.

“Los labios mentirosos son abominables para el Señor, pero los que practican la verdad gozan de su favor” (Proverbios 12, 22).

2. La lengua halagadora: exagerar las buenas cualidades de los demás para congraciarse con ellos, una forma de mentir.

” Que el Señor elimine los labios engañosos y las lenguas jactanciosas” (Salmo 12, 4)

3. La lengua orgullosa: es jactanciosa y demasiado segura de lo que dice. Quienes pecan de esto  no se corrigen fácilmente y no califican ni distinguen sus comentarios como deberían.

“Los que dicen: ‘En la lengua está nuestra fuerza; nuestros labios no defienden, ¿quién nos dominará?” (Salmo 12, 5) son condenados.

4. La lengua sobreutilizada: decir demasiado, especialmente sobre cosas de las que sabemos poco.

“No te apures a abrir la boca y que tu corazón no se apresure a proferir una palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo, y tú, sobre la tierra: sé parco en tus palabras, ya que los sueños vienen de las muchas ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado” (Eclesiastés 5, 2).

5. La lengua rápida:  hablar antes de que deberíamos, incluso antes de tener toda la información.

“Tengan bien presente, hermanos muy queridos, que debemos estar dispuestos a escuchar y ser lentos para hablar y para enojarnos” (Santiago 1, 19).

6. La lengua murmuradora: hablar de los demás a sus espaldas, herir en secreto el buen nombre de una persona. Calumnia es mentir abiertamente sobre otra persona. La detracción es llamar la atención innecesariamente sobre las faltas de los demás para dañar su reputación.

“El viento del norte engendra la lluvia y la lengua simuladora, un rostro irritado” (Proverbios 25, 23).

7. La lengua cuentista: difundir información innecesaria (a menudo hiriente) sobre los demás. Los portadores de cuentos difunden información personal sobre otros que no se debe compartir.

“El calumniador descubre los secretos, no tengas nada que ver con un charlatán” (Proverbios 20, 19).

8. La lengua que maldice: desea que los demás sufran algún daño, generalmente que sean condenados.

“Amó la maldición: que recaiga sobre él; no quiso la bendición: que se retire de él” (Salmo 109, 17).

9. La lengua que castiga: hablar con dureza y severidad innecesarias.

“No reprendas a un anciano, sino exhórtalo como a un padre. Trata a los jóvenes como a hermanos, a las ancianas como a madres, y a las jóvenes como a hermanas, con toda pureza” (1 Timoteo 5, 1-2).

10. La lengua silenciosa: no hablar cuando debemos advertir a la gente del pecado, llamarlos al Reino y anunciar la Verdad de Jesucristo. En nuestra época, el triunfo del mal y el mal comportamiento ha sido ayudado por nuestro silencio como pueblo cristiano.

“Sus guardianes son todos ciegos, ninguno de ellos sabe nada. Todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar. Desvarían acostados, les gusta dormitar” (Isaías 56, 10)

Ya sabes, ten cuidado con estos 10 pecados del habla.

¡Señor, manso y humilde de corazón, has nuestro corazón semejante el Tuyo!

Este artículo fue publicado originalmente en Community in Mission.

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