¿Quién era conocido como el Ángel del Apocalipsis? ¡San Vicente Ferrer! Sí, este santo conocido por ser un gran predicador, vehículo de grandes milagros, también profetizó cómo sería el fin del mundo.

San Vicente Ferrer nació en 1350 y falleció en 1414 a los 64 años. El gran santo español intercedió para que 8 personas volvieran a la vida después de haber muerto. En la confesión podía leer las almas. En una ocasión le dijo a una madre que su hijo se convertiría en Papa y eso sucedió con Calixto III.

Durante una hambruna en Barcelona anunció que dos barcos llegaban cargados de trigo. Nadie le creyó pero, ese mismo día, las embarcaciones llegaron. También logró la conversión de muchos con el solo rezo del Rosario.

La profecía de San Vicente Ferrer sobre el fin del mundo

En una carta escrita al Papa Benedicto XIII en 1412, San Vicente Ferrer se refiere al fin del mundo. Allí afirmó que Dios obrará “para que la gente sea advertida ante la tribulación por medio de estos signos. A través de la oración y las buenas obras, pueda obtener del tribunal de la misericordia que se revierta la sentencia contra ellos por Dios el juez en las cortes celestiales, o al menos que la penitencia y la enmienda de la vida, los prepare ante la inminente aflicción”.

Las “grandes y terribles aflicciones” serán “el anticristo, un hombre diabólico, la destrucción por el fuego del mundo terrenal y el juicio universal. Y con estas tribulaciones el mundo llegará a su fin”.

En su profecía, San Vicente Ferrer explica que “en el tiempo del anticristo, el Sol de justicia (Dios) será oscurecido por la interposición de los bienes temporales y las riquezas a los que el anticristo venera en el mundo. Así el brillo de la fe en Jesucristo y el resplandor de las vidas buenas ya no brillarán entre los cristianos”.

“Porque deberán perder sus dominios, los gobernantes temporales, reyes y príncipes se pondrán al lado del anticristo. Del mismo modo, los prelados que temen perder su dignidad, y los religiosos y los sacerdotes que quieren ganar honores y riquezas, se olvidarán de la fe de Cristo y se adherirán al anticristo. Él será un hombre verdadero, pero tan orgulloso que no solo deseará el dominio universal en todo el mundo, sino que también exigirá ser llamado dios e insistirá en recibir la adoración divina”.

Y agrega: “Habrá ciertamente signos del Sol de justicia, pero se oscurecerán en los corazones de los cristianos, ya que de esos corazones no surgirá la luz de la fe, toda prédica sobre una vida mejor cesará, debido a la interposición de las nubes de los bienes temporales”.

¿Qué hacer entonces?

Hagan penitencia ahora, perdonen las ofensas, hagan restitución de los bienes mal obtenidos, vive confesando tu religión. Si fuera cierto que en poco tiempo este pueblo va a ser destruido por el fuego, ¿acaso no cambiarías todos tus bienes por algo que sí pudieras llevarte contigo?”, concluye San Vicente Ferrer.

¿Qué piensas de esta profecía?

Este artículo fue traducido y adaptado de National Catholic Register.

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