San José,  santo, protector de la Sagrada Familia y modelo de santificación del trabajo, es también un gran intercesor.

¿Alguna vez te has imaginado cuánta dedicación y compromiso vivió en su taller de carpintería en Nazareth? ¿Cuánto amor y docilidad sirvió a los clientes y resolvió sus problemas y solicitudes? ¿Cómo le enseñó Jesús y le ayudó a seguir sus pasos?

Nosotros también estamos llamados, como cristianos, a hacer todo por el amor de Dios, ¡incluido nuestro trabajo diario!

Y por mucho que sea agotador o estresante (o incluso si no nos gusta), podemos darle un sentido sobrenatural. Entonces, nada mejor que pedir la intercesión de San José, quien supo agradar a Dios en todo, incluso en el trabajo, enseñarnos a ver también en nuestro oficio diario una oportunidad de amar a Dios.

Esta es la oración con la que puedes poner tu obra en manos de San José:

Glorioso San José, modelo de todos aquellos que se dedican al trabajo, obteniendo de nosotros el Creador del universo la gracia de trabajar con conciencia, cumpliendo fielmente nuestro deber de trabajar con reconocimiento y alegría, juzgando un honor emplear y desarrollar, a través de trabajo, las cualidades recibidas de Dios como un llamado divino a colaborar en la obra de crear y perfeccionar este mundo. La gracia de trabajar con orden, paz, moderación, paciencia y eficacia, sin rendirse jamás ante el cansancio y las dificultades; trabajar con espíritu de penitencia para expiar nuestros pecados; trabajar, sobre todo, con desprendimiento y dedicación por quienes dependen de nuestro esfuerzo.

Te pedimos tu intercesión por el mundo del trabajo, para que reine allí el espíritu cristiano de justicia y paz, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia; que los trabajadores se unan en organizaciones que defiendan sus derechos y respeten a los demás; que jefes y empleados se traten como hermanos e hijos de un mismo Padre, que conviertan a quienes ignoran la dignidad de la persona humana y explotan al trabajador y al pobre.

Contigo, San José, agradecemos a Dios por la salud, la fuerza, la disposición y las habilidades que nos permiten mantener a los miembros de nuestra familia y ser miembros útiles de la sociedad. ¡Todo para Jesús, todo para María, todo a tu imitación, Patriarca San José! Tal será nuestra inspiración en la vida y en la muerte. Amén.

San José, ruega por nosotros.

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