Jim Caviezel, actor de La Pasión de Cristo y Pablo, Apostol de Cristo; conmovió a un auditorio de jóvenes con un hermoso testimonio de la vida cristiana.

En el Congreso SLS18 (Cumbre del Liderazgo Estudiantil 2018), un encuentro celebrado a comienzos de 2018 que reunió a jóvenes universitarios católicos en Chicago, Estados Unidos; Jim Caviezel emocionó con un mensaje sobre la necesidad de santidad para un mundo alejado de Cristo.

El emocionante testimonio de Jim Caviezel, el actor de La Pasión de Cristo

El video está en idioma inglés pero puedes activar los subtítulos. A continuación encontrarás la traducción de los pasajes más conmovedores. ¡Continúa leyendo!

El camino de san Pablo y la santidad

“El nombre Saulo significa “el grande”, el nombre Paulo [Pablo] significa “El pequeño”. Durante toda la etapa de este filme [Pablo, Apostol de Cristo], aprendí que con el cambio pequeño, de unas letras pequeñas, podemos ser grandes en los ojos de Dios. Pero ese cambio exige que seamos pequeños si deseamos ser grandes.

Ese es el camino de los santos, este es el camino de lo santo, y en este camino Saulo se convirtió en San Paulo [Pablo].  Los llamados vienen cuando menos los esperamos“.

¿Es un bello mensaje, verdad? 

La Pasión de Cristo y la cruz en nuestra vidas

Dios nos ama personalmente y está allí para nosotros. Hasta en los momentos más profundos de nuestra desesperación.

Tal vez algunos estén deprimidos ahora, o confundidos, inciertos sobre el futuro, sufriendo por el dolor… No es el momento ni para dejar la lucha ni para dejarse vencer.

Cuando yo estaba en la cruz, aprendí que en Su sufrimiento está nuestra redención.

Recuerden que el siervo no es más que su Señor. Cada uno de nosotros tiene que llevar su propia cruz. Nuestra fe cuesta, tal como nuestras libertades.

Literalmente me han flagelado, con látigos; me han crucificado. Hasta pasó por mí un relámpago allí en la cruz. También, sí, una intervención quirúrgica cardíaca: eso es lo que pasa después de 5 meses y medio de hipotermia.

Un día durante la filmación, tenía el brazo atrapado por debajo de aquella viga pesada y de repente alguien lo jaló en otra dirección. Se tuercen los músculos, el brazo se separa del hombro, caigo al suelo, y se me tumba la cabeza allí en la arena. Esta toma ahora permanece en la película.

Más adelante en el film, se le desarticula el brazo de Jesús. Bueno, ahora sé cómo se sitió eso.

Cada día tuve que levantar aquella madera. Era como una penitencia, me desgarraba el hombro, destrozando la carne viva. Y hora tras hora pesaba cada vez más.

Pero si esto se hubiera filmado en estudio nunca hubieran visto ustedes esa intensidad. Ese sufrimiento hizo mi representación de la Pasión, tal como el sufrimiento hace nuestras vidas“.

¡Qué hermoso testimonio!

¿Hacia dónde va el mundo?

Ahora algunos de nosotros -y ustedes los conocen- se aferran a un cristianismo falso, de palabras bonitas. Yo lo llamo ‘Jesús Feliz’.

Hermanos, hubo mucho dolor y sufrimiento antes de la Resurrección. Su camino no será distinto, así que aférrense a su cruz y adelante, hacia la meta.

Quiero que vayan a este mundo pagano. Quiero que tengan valentía para entrar en este mundo pagano, expresar sin vergüenza su fe en público.

El mundo necesita guerreros orgullosos, animados por su fe, guerreros como San Pablo y San Lucas; quienes arriesgaban sus nombres, sus reputaciones para llevar su fe, su amor por Jesús al mundo.

Dios está llamando a cada uno de nosotros, a cada uno de ustedes a hacer cosas grandes. ¡Pero cuántas veces no le respondemos y desoímos Su voz como si fuera algún pensamiento pasajero!

Es hora de que nuestra generación responda al llamado, al llamado de Dios que nos exhorta a entregarnos enteramente a Él para ver aquella mano suavísima guiándote en el camino.

Pero primero debes comprometerte a la oración, al ayuno, a la meditación de las Sagradas Escrituras, y comprometerse a tomar los Santísimos Sacramentos en serio.

Porque ahora somos una cultura en decadencia. Como una sociedad en peligro de sucumbir a nuestros excesos, nuestro mundo entero está estancado en el pecado.

Y allí en la tranquilidad del corazón, Dios nos clama a cada uno a entregarnos enteramente a Él. ¡Y cuántas veces lo desoímos y desoímos el dulce llamado!”

La indiferencia…

“El gran santo de Auschwitz, San Maximiliano Kolbe dijo que la indiferencia es el mayor pecado del siglo XX. Es cierto: pero hermanas y hermanos, es el mayor pecado del siglo XIX también.

Tenemos que sacudirnos esa indiferencia, esta tolerancia destructiva del mal. Sólo nuestra fe y la sabiduría de Cristo pueden salvarnos; pero se requiere que los guerreros estén listos para arriesgar sus reputaciones, sus nombres, y hasta la vida misma por la verdad.

Apártense de esta generación corrupta. ¡Sean santos! No fueron hechos para conformarse, nacieron para sobresalir. 

¡Y con el Espíritu Santo como escudo y Cristo como su Espada, que acompañen a San Miguel y todos sus ángeles en mandar a Lucifer y sus asistentes directamente al infierno donde pertenecen!”

¡Qué hermoso testimonio nos regala Jim Caviezel!

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