Según el padre José Antonio Fortea, un maleficio es aquella operación que se hace para dañar a otro invocando a los demonios.

Como la maldad humana se aplica a diferentes cosas, los maleficios también son de distinto tipos. Los hay para matar, para provocar posesión, para dañar los proyectos de alguien, para que alguien enferme, etc.

Sin embargo, esto no significa que porque alguna de estas cosas suceda deba sospecharse de un obrar demoníaco (salvo en la posesión, claro). Como indica el sacerdote, nada tiene su causa en el demonio mientras no se demuestre lo contrario. Esta es la regla que siempre debe seguirse al respecto.

¿Tiene efecto el maleficio?

Según el padre Fortea, el maleficio primero tiene un efecto en quien lo hace, ya que invoca al demonio y nada bueno puede provenir de tal acto. Es muy probable que tales personas sean perjudicados con algún tipo de influencia demoníaca, posesión o enfermedad.

De todos modos, los sujetos que recurren a estas prácticas para dañar la salud de otros o para que queden posesos, no suelen hacerlo por mucho tiempo, ya que el castigo divino les viene muy pronto. En opinión del sacerdote, pocas cosas atraen tanto el castigo divino como practicar maleficios contra otros.

En relación a la efectividad contra el que se hace, depende de la voluntad de Dios. Esto hay que tenerlo siempre presente. Nada sucede si el Señor no lo permite.

La persona que ora y vive en gracia de Dios está protegida por Él. Cuanto más se reza y se busca llevar una vida cristiana, más protegidos se está.

¿Cómo saber si uno es víctima de estas acciones?

No hay manera de saberlo porque la acción del demonio es invisible. Los signos concretos para reconocer que a alguien le han hecho un maleficio son la posesión o la influencia demoníaca, todos ellos evaluados por un sacerdote.

¿Qué se puede hacer en caso de maleficio?

Si efectivamente una persona sufre un trabajo de este tipo debe hacer justo lo contrario: invocar a Dios para que la proteja, la ayude y la bendiga.

El padre Fortea recomienda las siguientes acciones frente a una posible influencia maléfica:

1. Rezar tres misterios del rosario

2. Leer cinco minutos el Evangelio

3. Orar unos instantes en una iglesia

4. Ir a misa tres veces por semana

5. Colocar en la casa un crucifijo bendecido

6. Colocar una imagen de la Virgen María

7. Rezar un salmo al día

Si las personas hacen esto día a día, el mal que sufren, si es del demonio, se irá mitigando. Y si no lo hace, pues es signo de que no está provocado por un maleficio.

Si el sacerdote exorcista distingue una influencia demoníaca, puede realizar una oración de liberación. Pero en caso de posesión, deberá proceder a un exorcismo.

Y nunca temas, si Dios está contigo, ¿quién contra ti?

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