La vocación de Rudolf Allers fue reconciliar la psicología con el catolicismo. En sus ideas encontramos explicaciones y soluciones para males como la ideología de género o la manipulación de las ciencias.

Allers fue un psiquiatra austríaco que vivió durante la primera mitad del siglo XX y se opuso a la corriente de psicología impulsada por Sigmund Freud. Desde su punto de vista, los postulados de Freud mostraban una “obsesión por lo inferior”, es decir, que convertían al hombre en algo así como mero animal.

Fue por ello que decidió estudiar el pensamiento de Santo Tomás de Aquino y acercarlo a la psicología. ¡El resultado fue sorprendente!

Rudolf Allers: el psicólogo católico que explicó los males del siglo XXI

La mentira existencial

Rudolf Allers decía que lo que los psicólogos llaman “neurosis” tiene su causa en un trastorno del alma del ser humano. En otras palabras, se trata de una mentira existencial. ¿Qué significa esto? Sencillamente que la persona se engaña a sí misma y no quiere reconocer la realidad, no quiere reconocerse como una creatura.

Así, la neurosis es explicada como una rebelión del ser humano ante el hecho de que es una creatura con muchas limitaciones. El humano se niega a aceptar esta realidad. Y allí comienzan sus problemas.

Y claro, el origen de todo esto no es más que el pecado original. Nuestra naturaleza caída -aunque reparada por el sacrificio de Jesucristo- nos impulsa a convertirnos en norma de nuestra propia conducta y medida de todas las cosas.

Por ello, según Rudolf Allers, todos somos potencialmente neuróticos, porque todos podemos rebelarnos contra lo que somos.

Esto se puede ver claramente en muchas tendencias del mundo presente, donde la negación de Dios lleva a la negación de todo cuanto testimonia su inteligencia ordenadora, Su Voluntad de que las cosas sean como son. Por ello vemos a personas que se rebelan contra lo que son, no se aceptan como creaturas finitas y limitadas.

Rudolf Allers solía decir que “al margen de la neurosis no queda más que el santo”

Por lo tanto, la forma de hacer frente a esta tendencia que tenemos todos los seres humanos es aceptar que somos criaturas. La auténtica salud del alma se encuentra en la santidad.

Si el origen del pecado original es la soberbia y cierto egoísmo que nos impulsa a la rebeldía, la superación de esto viene por el amor. Es a través del amor que los santos combatieron sus propias limitaciones, se aceptaron como creaturas y asumieron su dependencia de Dios, su Creador.

El camino es el amor de Dios

Para hacer frente a este impulso de rebeldía del ser humano que termina siendo causa de su infelicidad, el psicólogo recomienda una revolución interior, un cambio de mente que sustituya el orgullo por humildad, el egocentrismo por el abandono. Pero esto no puede hacerse si el ser humano no está movido por el amor auténtico.

Como comenta Martín Echavarría, psicólogo y doctor en filosofía que resume el pensamiento de Rudolf Allers, sólo el amor de Dios puede colmar las aspiraciones del ser humano. Pero esa aspiración no puede ser alcanzada por nosotros mismos, sino por la gracia que viene desde lo alto.

El camino de la santidad, con la ayuda de la gracia, es lo que nos permite superar nuestra tendencia a la rebeldía, nuestra oposición a reconocernos como hijos de Dios. ¡Es lo que la Iglesia no enseña!

¡Ojalá la psicólogos recuperen este pensamiento!

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[Ver: Señor psicólogo ¡Quiero ser sacerdote]

[Ver: ¿Qué es la ideología de género?]

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